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Pulpo: ¿El nuevo camarón?
por álvaro peralta / @dontinto
Por lo general todo el mundo come camarones. De hecho, son la salvación cuando algún mañoso llega a un restaurante especializado en productos del mar porque lo cierto es que prácticamente nadie, salvo algún alérgico de verdad, no pasa unos camarones al pilpil, fríos con mayonesa o en alguna otra modalidad. Y no solo los mañosos suelen inclinarse por este producto, porque en realidad son pocos los que se resisten a un camarón, sobre todo si son los grandes que casi hay que comer con cuchillo y tenedor. Parece que algo hay con el tamaño que los hace irresistibles para muchos. Porque ni hablar del sabor, que bien poco tienen salvo que sean camarones de río. ¿A qué viene todo esto? A que con el pulpo pasa algo similar. Porque hay gente que no come erizos, almejas, ostras, piures, ostiones ni choritos; pero que no tienen problema alguno con un plato de pulpo. Claro, es de buena consistencia y sabor suave. Además, se suele servir en preparaciones a prueba de toda maña: al oliva, a la parrilla o mezclado con pescado -y camarones- en un ceviche. Así las cosas, si no hay camarones, hay pulpo; y chao mañas. Ahora, si nos topamos con alguien que no come ninguno de estos dos productos, mejor invitarlo cordialmente a que vaya a la esquina por un churrasco. Pero ojo, no hay nada malo con pedir pulpo en un restaurante, siempre que no le metan entre medio trozos de jibia (que suele pasar), y en buena hora se ha masificado en nuestras cartas.
Sin embargo, siempre es bueno invitar a los comensales a entusiasmarse también con otros productos menos fáciles de comer. Pero para que no digan que uno insiste en ir contra la corriente todo el tiempo, acá va una receta que lleva justamente pulpo y camarones, a prueba de cualquier mañoso, pero combinados una legumbre, para variar un poco.
Ensalada tibia de garbanzos con pulpo y camarones
Ingredientes (Para 4 personas)
-1 pulpo pequeño (máximo
de un kilo)
-300 grs. de camarones
crudos y limpios
-1 taza de garbanzos sin piel
-1 cebolla morada pelada y picada en cubos pequeños
-¼ atado de cilantro picado fino
-2 dientes de ajo picados fino
-sal
-pimienta
-aceite de oliva, vinagre
(a elección)
-pimentón dulce
Remojar los garbanzos en agua fría por dos horas, luego enjuagar bien y cocinarlos desde agua fría -con una pizca de sal- por unos 25 minutos o hasta que estén tiernos. Escurrirlos y reservar. En una olla grande calentar agua. Una vez que hierva tomar el pulpo -previamente lavado con agua fría- por la cabeza y meterlo y sacarlo del agua dos veces, pero a la tercera dejarlo completamente sumergido. Tapar la olla y cocinar el pulpo por media hora a fuego bajo o hasta que esté blando (se puede comprobar pinchándolo con un cuchillo). Después, dejar entibiar en la misma agua para luego sacarlo, cortar sus tentáculos (y reservarlos) y guardar su cabeza para otra preparación. En una sartén bien caliente saltear los camarones por unos minutos en aceite de oliva más los ajos picados y una pizca de sal y pimienta. Antes de retirar del fuego agregar el pupo cortado en trozos pequeños y revolver para que se impregne de los sabores del sartén.
Finalmente mezclar en un bowl los garbanzos con el pulpo y los camarones (aceite y ajos del sartén incluidos). Agregar la cebolla y el cilantro más un poco más de sal, pimienta y pimentón dulce. Luego aceite de oliva a gusto, un toque de vinagre y listo.
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Casen: un 4,6% de menores de 29 años está casado
El número de matrimonios en este grupo bajó más de 20 puntos en 27 años.
El año 2017, 1.246.891personas en Chile tenían entre 15 y 29 años. De ellos, los estadísticamente considerados como jóvenes, sólo un 4,6% estaba casado, algo diametralmente opuesto a lo que ocurría en 1990 donde la cifra llegada a 27,4%, fecha en la que se comenzó a realizar la encuesta Casen, cuyos últimos datos fueron entregados ayer.
La cifra muestra una tendencia a otra forma de vivir de este grupo etáreo, pues el número de jóvenes que convive con su pareja ha ido creciendo con los años. Si en 1990 era de un 4,2%, en 2017 esta cifra alcanzó el 16% del total. Para los mayores de 30 años, el 44,8% está casado.
La subsecretaria del Ministerio de Desarrollo Social, Alejandra Candia explicó que "este cambio de tendencia de que los jóvenes posterguen el matrimonio, se da también en otros países y en Chile se traduce en parte a través de la reducción del porcentaje de jóvenes jefes de hogar. Esto nos habla de que los jóvenes se independizan más tarde".
Las espectativas de los jóvenes han cambiado, los estudios y la estabilidad económica han pasado a tomar mayor importancia en el corto plazo. Esto implicaría que las personas decidan casarse a una mayor edad. La socióloga y presidenta de la Federación de Colegios Profesionales, Mónica Vergara mencionó que esto se debe a un cambio cultural y social. "Hoy día la presión por casarse es menor, en el año 90 si tu convivías era mal visto", dijo la académica.