Javiera Palta Olmos

Tras tres semanas de movilizaciones debido a la crisis política y social en Bolivia, Evo Morales renunció a la presidencia ayer tras el llamado de las Fuerzas Armadas para que dimitiera del cargo.

La tensión comenzó después de darse a conocer los resultados de las elecciones del 20 de octubre, cuando la oposición, liderada por el candidato y exPresidente Carlos Mesa, denunció un posible fraude. Morales dijo que lo superaba por 10 puntos, lo que aseguraba su reelección.

Las protestas se intensificaron y el 31 de octubre la Organización de Estados Americanos (OEA) comenzó una auditoría, que involucraba un recuento. Esto lo solicitó el gobierno y lo rechazó la oposición.

Los resultados de este informe se entregaron ayer, cuando la OEA concluyó que Morales superó a Mesa, pero era "improbable estadísticamente" que haya ganado las elecciones presidenciales en la primera vuelta, recomendando así una repetición de los comicios. Detectó manipulación informática.

La Fiscalía General de Bolivia se refirió a los resultados de la OEA, y a través de un comunicado declaró que las irregularidades podian conllevar "ilícitos penales y electorales vinculados al cómputo de los resultados oficiales", anunciando que los miembros del Tribunal Supremo Electoral (TSE) serían procesados.

Tras esto, Morales anunció en la mañana la convocatoria a nuevas elecciones, con un nuevo grupo de magistrados del TSE. Él expresó que en ellas el "pueblo boliviano (podría) elegir democráticamente a nuevas autoridades, incorporando a nuevos actores políticos".

"Después de esta decisión, quiero pedir bajar la tensión, todos y todas están obligados de pacificar a Bolivia", señaló.

Sin embargo, la presión no amainó. "No nos moveremos de las calles hasta que el dictador, el asesino se vaya de Palacio", dijo la excandidata Ruth Nina.

Llamado a renunciar

Tras la convocatoria a nuevas elecciones, Mesa aseguró que participaría en la futura elección y agregó que ante la demostración de que hubo "fraude" quedaban inhabilitados "el Presidente Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera (...) y no están en condiciones de presidir" un nuevo proceso electoral.

La Central Obrera Boliviana (COB), una de las entidades sindicales más grandes del país, aliada del gobierno, se sumó al llamado de "renunciar, si es necesario" a Morales para pacificar el país.

Por su parte, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, el general Williams Kaliman también se sumó al pedido de renuncia del mandatario.

"Luego de analizar la situación conflictiva interna, pedimos al Presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia", dijo Kaliman.

Las fuerzas policiacas, quienes se encontraban acuarteladas desde el viernes, también llamaron a la renuncia. "Nos sumamos al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor Presidente Evo Morales presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia en estos duros momentos", señaló el general comandante de la policía boliviana Vladimir Yuri Calderón Mariscal.

Tras esto, Evo Morales abandonó La Paz en el avión presidencial, para después aparecer en televisión y anunciar su renuncia. Acusó un "golpe cívico".

"Hermanas y hermanos, la lucha no termina acá. Los humildes, los pobres, vamos a continuar con esta lucha por la igualdad (...) es mi obligación como primer Presidente indígena y de todos los bolivianos buscar esta pacificación", señaló.

"No queremos enfrentamientos", dijo Morales, asegurando que renuncia para promover la "pacificación" de Bolivia y que "vuelva la paz social".

3 muertos y 346 heridos habían dejado hasta ayer las protestas por la situación política boliviana.

el expresidente abandonó La Paz en el avión presidencial tras el llamado de las FF.AA. a prescindir de su cargo.