• Nueva máquina contra el cáncer llegó a Chile

    El país es el segundo en Latinoamérica en contar con la tecnología HIFU, importada desde China. Sería un 40% más económica.

    Traído desde China en diciembre del año pasado, el Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad o HIFU, es una tecnología que promete aliviar los dolores del cáncer y reducir los tumores, aún cuando están muy avanzados y los doctores tratantes dicen que nada se puede hacer.

    Funcionamiento

    El equipo médico que se atrevió con esta apuesta médica en Chile, ocupando el segundo lugar en Latinoamérica después de México, está conformado por el oncólogo Rubén Urrejola y el ginecólogo Raúl Ríos, quién señaló a hoyxhoy que "hacía falta alguien que tuviera los cojones para hacerlo". Ambos especialistas trabajan en Surgifu, única clínica en el país que cuenta con este método y que pretende convertirse en "una competencia contra el bisturí", agregó Ríos.

    La inversión fue de US$1.900.000, permite a los pacientes oncológicos abaratar costos en al menos un 40%. Esta cifra es bastante inferior al tratamiento común, considerando que es un sistema no invasivo, que no requiere hospitalización, cirugía, anestesia, ni postoperatorio y cuya duración por sesión es de 40 minutos a una hora, con resultados inmediatos. Además de prolongar la vida y aliviar el dolor, tiene un funcionamiento sencillo que consiste en acostar al paciente en una camilla, con un círculo en el centro que contiene agua entre 50°C y 70°C y ocho cabezales que emiten ultrasonido localizado en el tumor, haciendo que las células cancerígenas se necrosen y sean eliminadas naturalmente por el cuerpo.

    Pacientes

    María Fernanda (11), fue diagnosticada de leucemia en 2012 y posteriormente le detectaron un sarcoma de Ewing en la pelvis en 2015. Aunque la quimioterapia eliminó un 60% del cáncer, requería cirugía, procedimiento que la dejaría con pérdida de sensibilidad en las piernas y sin poder controlar esfínteres. Hoy es la segunda paciente tratada con HIFU en Chile y ya va en su tercera sesión: "Sentí los cambios al día siguiente. Podía correr y no me cansaba tanto, y a diferencia del tratamiento anterior, no me inyectan medicamentos en las venas".

    Lidia Páez (43) se sometió a dos operaciones por miomas, pero no siguió el tratamiento por temor a perder el útero, hasta que quiso ser madre y le dijeron que la enfermedad estaba muy avanzada. Aún así, decidió probar suerte con esta nueva técnica: "Es probable que solo necesite una sesión. (...) Quizás no pueda ser madre, pero tendré estabilidad".

  • Nueva sustancia imita al alcohol pero sin resaca

    Un vaso embriaga por seis horas y prometen que no daña la salud.

    Desde hace años los investigadores británicos han asegurado que estaban a punto de realizar "uno de los descubrimientos más importantes del milenio", refiriéndose a una sustancia que imita el alcohol y que produce el estado de embriaguez, sin perjudicar la salud o causar resaca.

    El profesor David Nutt, uno de los creadores de esta fórmula, afirmó en una entrevista que había probado su creación, bautizada como Synthohol, e incluso dijo que su equipo ya había celebrado las últimas Navidades brindando con este alcohol de imitación; y que uno de los miembros de su equipo estuvo ebrio durante seis horas después de tomar un solo vaso de bebida.

    ¿Pero a qué se debe este efecto embriagador e inocuo del Synthohol? El científico explicó que el principio de este compuesto revolucionaria, que no tiene sabor, es afectar a los neurotransmisores que responden al placer, y no aquellos que tienen algo que ver con la percepción o generan adicción.

    De acuerdo con los creadores de la sustancia, su componente principal es el fármaco Alcosynth, que puede ser añadido a cualquier bebida para darle el efecto embriagador sin causar estragos en el cerebro, corazón, hígado y otros órganos afectados por el alcohol.

    Además, se informó que para que el Synthohol no tenga efecto se usa posterior a su consumo un antídoto que es un derivado de la benzodiazepina, la sustancia de la que se deriva el Valium. Ambas sustancias no serían adictiva ni causarían el síndrome de abstinencia.

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