Muchos padres no saben cómo manejar el ingreso a clases de sus hijos, sobre todo cuando es la primera vez que ingresan al jardín, por ejemplo, y esta situación genera un conflicto. Este es un hito socialmente muy importante, que exige a los niños incorporarse repentinamente a una cultura distinta a la vivida por años, lo que sin duda les significa importantes desafíos.

Es muy importante que disfruten de este nuevo proceso de conocimiento y estimulación, que les permita adquirir mejores herramientas para sentirse protegido, querido, respetado. Y que de esta forma, logren obtener la confianza necesaria para lograr un ambiente positivo en el desarrollo de su aprendizaje.

Este proceso impacta a todo el entorno del niño, por lo que la familia es un participante activo y primordial de esta transición.

Con los 25 años de experiencia de Fundación Integra entregando educación de calidad en más de mil jardines y salas cuna en todo el país, creemos que es importante hablar con el niño sobre las nuevas experiencias que vivirá. Por ejemplo, que sepa que tendrá nuevos amigos. En el fondo, lo que debemos afrontar es prepararlos con una mirada positiva al cambio que enfrentará.

Una medida que se puede tomar con anticipación al ingreso al jardín es llevarlo antes a conocerlo, así se acerca a esta nueva etapa. Que sepa cuál es el baño, su sala de clases, dónde están los juegos, entre otras cosas. También sus horarios de alimentación y sueño se verán modificados, por lo que recomendamos adecuarlos con anterioridad, para evitar así un cambio drástico de sus rutinas previas.

Es muy importante aceptar y respetar los sentimientos del niño. Hay que contenerlos, sin reprochar el llanto, algunas posibles "pataletas" u otras reacciones específicas, ayudándolo a recuperar la calma por medio del cariño y la comprensión.

Por lo mismo, no le mienta ni salga a escondidas de la sala. Explíquele que se irá, pero que volverá más tarde para regresar a casa. Otra recomendación que puede ayudar en su contención es que lleve un objeto o juguete que le guste, pero solo durante el primer tiempo. Esto le ayudará también a sentirse más seguro y confiado en un espacio menos conocido.

También, solo si es necesario, el apoderado lo puede acompañar durante un momento de la jornada. La idea es que ese tiempo se vaya disminuyendo gradualmente a medida que el niño se sienta con más grados de confianza.

Es fundamental que los niños puedan vivir esta transición como una experiencia positiva y gratificante, una oportunidad para aprender de forma entretenida, incluso a través de juegos.

"Una medida que se puede tomar con anticipación al ingreso al jardín es llevarlo antes a conocerlo."

Por Paulina Flores

Josefina Infante. La semana pasada se cambió de un departamento en el barrio Bellas Artes a una casa en Ñuñoa: "Estuve harto rato con ganas de cambiarme, pero como es mucho trabajo, lo dejaba de lado. En diciembre un amigo me dijo que andaba buscando casa para cambiarse en febrero y me propuso arrendarla a medias. Le dejé la búsqueda a él y en enero me fui a vacacionar al campo de mi abuela en San Felipe. Cuando era chica iba mucho, todos los veranos con mi papá. Febrero lo pasaba con mi mamá y su esposo en el norte y a veces también salíamos fuera del país, pero yo prefería siempre el campo por sobre la playa. Me sentía mucho más conectada con los árboles que con el mar".

Vive sola desde los 19 años: "Coincidió que mi mamá se fue a vivir a Chiloé y mi papá ya vivía hace unos años en Estados Unidos.

Como decidí quedarme en Santiago, mi papá se ofreció pagarme un departamento. Yo por mi lado, además comencé a trabajar como garzona en un bar".

El 2017 será su segundo año en la carrera de fotografía del instituto Arcos. Antes estudió dos años de teatro y uno de cine. La casa de Ñuñoa le quedará más lejos del instituto, pero está tan feliz con tener un patio que nada más le importa: "La casa es preciosa y enorme. Pisar tierra, por fin puedo pisar tierra. Desde que nos cambiamos no hemos parado de hacer asados". Trabaja como fotógrafa freelance para algunas revistas de moda y en el futuro le encantaría tener un perro, un gato y una pequeña huerta de tomates y hierbas.

"Yo prefería siempre el campo por sobre la playa. Me sentía mucho más conectada.

josefina infante"

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Hace un año Chile se unió en una celebración, pero esta vez no una victoria en algún campeonato, sino que por la adjudicación de un Oscar. El melancólico y encantador Oso, ganador del Festival Chilemonos 2014, encantó al público y la Academia narrando la historia del abuelo de Gabriel Osorio, director del proyecto, durante el golpe. La magia del relato se encuentra en la brillante metáfora de la separación de una familia, con el Oso raptado por un circo, convirtiéndolo en una historia universal. La animación en Chile avanza a pasos agigantados y cuenta con un nivel de calidad que nada tiene que envidiarle a producciones extranjeras. El haber obtenido el máximo premio de la Academia es un suceso que nos dice a todos que sí, se puede llegar lejos y el arte y el esfuerzo son reconocidos como tales.

Nandor Sagüez , UST

A un año de la Ley de Inclusión

En marzo se cumplirá un año de la vigencia de la polémica Ley N° 20.845 que prohibe el lucro, copago y selección en la educación escolar. Ese mes, las escuelas particular subvencionadas deberán comunicarles a las familias si se transformarán en 2018 en sin fines de lucro o se mantendrán como sociedades comerciales. Para algunos, esta situación es la forma en que el Gobierno pretende revertir la caída libre de la matricula de escuelas municipales. Las escuelas que decidan mantenerse como sociedades comerciales no podrán optar a recibir subvención del Estado. Así, los alumnos, ante la imposibilidad de seguir en sus antiguas escuelas o por el cierre de estas, no tendrán más opción que llenar las semivacías aulas de las escuelas administradas por municipios, próximas a ser estatizadas.

Iván Garay