• "La gente nos quiere. Queremos ser el mejor servicio público del país"

    Oriundo de Machalí y oficial de Litueche, el joven dirigente habla de los desafíos que enfrentará su gestión en un ente que ha estado en la controversia en los últimos años.

    Felipe Gómez

    Las primeras horas de Julio Peña (32) como presidente de la Asociación nacional de Funcionarios de del Registro Civil han sido "intensas, muy arduas", como él mismo reconoce. Machalino, funcionario de Litueche, debe viajar a Santiago para sostener innumerables reuniones en el comienzo de su gestión.

    "Queremos trabajar para ser reconocidos por el Estado y por toda la sociedad como el mejor servicio público de Chile", dice de entrada a hoyxhoy al consultarle por su arribo a la cabeza de un organismo que ha vivido varias movilizaciones en esta década.

    Tendrá que viajar mucho a la capital desde ahora...

    Durante la semana tendré que viajar harto. Pero esto es un trabajo 24/7. Que a ningún compañero le quepa dudas en que estaré si tienen un problema. Estaré siempre en las malas, porque en las buenas están otros.

    Cuando ganó, muchos hablaron del "desconocido dirigente". ¿Cómo interpreta esto?

    Quiero representar a la gente desconocida. A la gente común y corriente. Yo hago un llamado a que cualquier joven que quiera hacer cambios busque esos caminos como lo hemos hecho nosotros...

    En política, ¿cómo se define?

    Me han preguntado y yo respondo siempre: soy el representante de los funcionarios. Esto va más allá de los colores políticos. Dentro del servicio todos somos uno.

    La última huelga del Registro Civil duró 39 días y generó críticas desde la ciudadanía. ¿Cómo enfrentarán esto para mejorar la relación con el público?

    Yo sé que la gente nos quiere. Las encuestas dicen que somos la institución pública mejor evaluada del país. Lo somos y seguiremos. ¿Por qué? Porque tenemos calidad de funcionarios. Todos los gobiernos han hablado de modernización, pero siempre de atrás para adelante: parten por la tecnología, pero esto es otra cosa. Nosotros decimos que hay tres ejes fundamentales. Primero las personas, luego la infraestructura y finalmente la tecnología. El lema de nuestro servicio es calidad, calidez y colaboración.

    ¿Cuál es el principal proyecto que quiere desarrollar durante su gestión?

    Lo principal es desarrollar la carrera funcionaria. La mejora continua para cada uno de nuestros trabajadores. Tenemos muchas responsabilidades, pero éstas no son proporcionales a la carga de trabajo ni a lo que se gana trabajando en nuestro servicio.

    ¿Cómo es la relación con la directiva saliente del sindicato?

    Como en todo lugar, como en todas las elecciones, hay diferencias. Pasa con los candidatos presidenciales y a nivel país también. Lo que nos queda es pelear por la unidad. Eso es lo que no se puede perder.

    Nelly Díaz, antigua presidenta, ha dicho que va a impugnar el resultado de la elección...

    Cualquier candidato que se siente afectado en una elección tiene el derecho y el deber de impugnar una elección. Están los estamentos para esto y es válido.

    No ser de Santiago ¿significará algo en su gestión?

    Sí. Hemos dado una cátedra al sindicalismo demostrando que Santiago no es Chile. Cualquier joven que quiera cambios lo puede lograr. Hay colegas que trabajan en condiciones complicadas en zonas aisladas de nuestro país. Hay oficinas unipersonales. Colegas súper enfermos. Todavía hay 37 colegas que están en sumario debido al paro del 2015. Vamos a superar todo esto. Tenemos fuerza, lealtad, voluntad y respeto.

    "Queremos desarrollar la carrera funcionaria. Lograr mejora continua para cada trabajador del servicio

    julio peña"

  • Una menor en la U

    Por Paulina Flores

    Loredana Aguirre. Sus padres la matricularon un año adelantada en el colegio, así que salió de cuarto medio con 16 años, a un mes de cumplir los 17: "Cuando tenía como 12 o 13 años, lo odiaba, porque mis compañeros tenía 14 y 15 y me molestaban diciéndome que era una pendeja, una cabra chica. Era en la época en que todos empiezan a fumar y a tomar y me dejaban relegada. Yo me maquillaba para verme más grande y trataba de ponerme a su nivel haciendo todas las leseras que ellos hacían, curarse y esas cosas, como si de eso se tratara ser adulto… qué ridiculez más grande. Luego, cuando llegué a cuarto medio, me di cuenta de la suerte que tenía. Era como si tuviera más posibilidades, porque el tiempo estaba a mi favor en todo, en lo físico, lo mental, lo profesional".

    Vive con sus padre en Maipú y estudia en Ñuñoa. Toma micro-metro-micro. Por las mañanas se demora 1 hora y 15 minutos. Cuando sale temprano, prefiere quedarse estudiando en la biblioteca junto a un café que irse enseguida a casa: "Si me voy después de las 8, me demoro 45 minutos a mi casa".

    Asegura que ha encontrado su lugar en la facultad de Periodismo de la Universidad de Chile: "En el colegio me sentí siempre muy incomoda, y por los años finales los encontraba tontos a todos. Tenía un par de amigos, pero en cuanto entré a la U los perdí. Nos volvimos demasiado diferentes. Ellos eran como más… ¿zorrones?. En definitiva éramos diferentes. En la carrera he encontrado a gente muy diferente e interesante y nadie te mira raro".

    Queda mucho para diciembre pero ya está planeando una gran fiesta para celebrar, por fin, sus 18 años.

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