Diego Gotelli C.

Su versión más lúdica e improvisada fue la que mostró en la tarde de ayer el Papa Francisco en su visita al Templo Votivo, donde ofició el tradicional encuentro con la juventud ante unos 40 mil fieles que capearon el calor y una larga espera para escuchar su mensaje.

Desde el mediodía comenzaron a llegar los feligreses al recinto de Maipú. Entre cantos y shows artísticos fueron pasando el tiempo mientras el Pontífice realizaba actos en Temuco. A las pocas horas la ausencia de sombra hizo sentir los 31,8° C que registraron los termómetros en la capital, disparando el consumo de agua y dejando al menos dos personas desmayadas durante la ceremonia.

A las 17:10 horas, cuando Américo entonaba la canción "Mi paz les doy", el Papamóvil ingresó al Templo. Nueve minutos después Francisco subió al escenario ante el grito de "¡Esta es la juventud del Papa!" por parte de los asistentes. Ya arriba, la alcaldesa Cathy Barriga lo recibió junto a su marido, el diputado Joaquín Lavín León, y en una salida de protocolo se tomó una selfie con el Pontífice.

"Me dijeron que no (lo hiciera), pero fue algo espontáneo. Se dio el momento. Estábamos conversando y le pregunté, y la verdad es que salió bonita", dijo a CNN Chile la autoridad.

Sin saberlo, la alcaldesa acababa de poner en práctica el mensaje que tenía preparado Francisco para su discurso: el vínculo entre la religión, juventud y tecnología.

"Charlando un día con un joven le pregunté ¿qué lo ponía de mal humor? Me dijo 'cuando al celular se le acaba la batería o pierdo la señal de internet' (...) Esa respuesta me enseñó que con la fe es así. Después de un tiempo de camino empieza a bajar nuestro ancho de banda y nos vamos quedando sin conexión (...) Sin la conexión con Jesús terminamos ahogando nuestros sueños y nos llenamos de mal humor", reflexionó el Papa en su discurso.

Casi sin leer papeles, contrario a lo hecho en otros actos, Francisco guió sus 32 minutos de mensaje reforzando la idea de que la era digital tiene mucha cercanía al estilo de vida de la Iglesia.

Mensaje chileno

Como en otros actos, Francisco volvió a hacer referencias chilenas y aprovechó su metáfora para citar la canción "Aquí" del grupo La Ley: "Al quedarnos sin esta conexión el corazón empieza a perder fuerza, a quedarse también sin batería, como dice esa canción: 'El ruido ambiente y soledad de la ciudad nos aíslan de todo. El mundo que gira al revés pretende sumergirme en él ahogando mis ideas'".

Otro recuerdo local fue la frase "¿qué haría Cristo en mi lugar?", histórico lema de San Alberto Hurtado que Francisco reconvirtió en una "contraseña" para "mantener la señal" con la iglesia.

"¿Cuál era la contraseña?", preguntaba cada cierto tiempo interrumpiendo su mensaje. "¿¡Qué haría Cristo en mi lugar!?", repetían a coro los presentes.

Además tuvo palabras para la comuna que albergó la actividad, afirmando que estaba alegre de estar "en esta tierra donde con un abrazo de fraternidad se fundó la historia de Chile".

En su mensaje también utilizó chilenismos como "¿cacharon?", "altiro", o su mención a que los jóvenes chilenos sueñan a lo grande "no sólo cuando están un poco curaditos".

Esperanza joven

Otro ámbito que abordó es la importancia que tiene la opinión juvenil dentro de la iglesia, a quienes llamó a "hablar con valentía".

"¡Cuánto necesita la Iglesia chilena de ustedes, que nos muevan el piso y nos ayuden a estar más cerca de Jesús! (...) Ayudemos a que la iglesia tenga un rostro joven, no precisamente por maquillarse con cremas rejuvenecedoras, sino porque desde su corazón se deja interpelar. La iglesia hoy los necesita, que nos interpelen... después prepárense para las respuestas", dijo entre risas.

Los llamó, además, a "ser protagonistas del cambio. La Virgen del Carmen los acompaña para que sean los protagonistas del Chile que sus corazones sueñan".

Al cerrar la ceremonia, cerca de las 18:10 horas, el Pontífice colgó un rosario en la Virgen del Templo. Mientras los asistentes cantaban "ooh, el Papa no se va", Francisco volvió al escenario y tomó el micrófono: "Antes de irme, ¿cómo era la contraseña?", preguntó. "¡¿Qué haría Cristo en mi lugar?!" exclamaron los presentes. Con una sonrisa se retiró del recinto.

"Nunca pienses que no tienes nada que aportar o que no le haces falta a nadie. Tenés mucho que aportar, no pierdas la conexión.

papa francisco"

la estación Plaza de Maipú del Metro colapsó tras el acto. El martes pasó lo mismo en Rondizzoni.