Leo Riquelme

"Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar", dijo el Papa Francisco ante 200 mil personas en el aeropuerto Maquehue de Temuco, donde ofició la Misa por el Progreso de los Pueblos. La estrofa de la canción de Violeta Parra le sirvió al Pontífice para hacer un llamado a la paz, el reconocimiento de la multiculturalidad, la reconciliación y el rechazo a la violencia física y también la que se genera por el incumplimiento de las promesas.

"Debemos estar atentos a la elaboración de 'bellos' acuerdos que nunca llegan a concretarse. Bonitas palabras, planes acabados, sí -y necesarios-, pero que al no volverse concretos terminan 'borrando con el codo, lo escrito con la mano'. Esto también es violencia, porque frustra la esperanza, dijo.

"En segundo lugar, es imprescindible defender que una cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse en base a la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas. No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división. La violencia llama a la violencia, la destrucción aumenta la fractura y separación. La violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa. Por eso decimos 'no a la violencia que destruye', en ninguna de sus dos formas", agregó.

El obispo de Temuco, monseñor Héctor Vargas, agradeció su visita. Le recordó que La Araucanía era una zona golpeada por el desempleo, pobreza, inequidad y " serias tensiones políticas, sociales y étnicas".

"Esto último dice relación con la situación actual del pueblo mapuche y la deuda histórica que el Estado mantiene con él. Animados por la fe, nos asiste la convicción que solo mediante el diálogo y la irrenunciable búsqueda de acuerdos, es posible iniciar un camino sin retorno hacia la paz por la justicia, tanto para este noble pueblo, como para el resto de la sociedad local en sus legítimas demandas y anhelos. Gracias a Dios, son muchos quienes desean colaborar", dijo el prelado.

Más tarde, tras reunirse con el Papa, el alcalde de Renaico y uno de los fundadores de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Juan Carlos Reinao, calificó el discurso del Pontífice como "liviano", pues "todo lo que dijo ya lo sabemos. Ya sabemos que Arauco tiene una pena".

A su juicio, faltaron "más gestos políticos" en la actividad y contó que en el encuentro le dijo "que la inestabilidad política en la región es amplia y peligrosa".

El dirigente comentó que su decisión de incorporarse a la política hace unos años apuntó justamente a avanzar en la búsqueda de acuerdos, pero agregó que ya dejó de creerle al Estado.

"Todos los gobiernos nos han prometido una mejor vida, una mejor relación, y eso no ha ocurrido (...) La Novena Región se va a mantener de la misma forma, no va a cambiar nada", lamentó.

el papa dedicó la misa a las víctimas de violaciones a los DD.HH. Maquehue fue un centro de detención y tortura.

asistentes alegaron porque la organización hizo que debieran caminar por cerca de 5 km antes de llegar a la carretera.

Junto a una decena de personas llegó al aeropuerto Maquehue la machi Francisca Linconao, culpada junto a once comuneros por la muerte del matrimonio Luchsinger Mackay. La mujer pretendía entregarle una carta al Papa Francisco informándole sobre su caso, pues el juicio que la exculpó deberá repetirse por orden de la Corte de Apelaciones de Temuco.

La seguridad le impidió cumplir su cometido, por lo que el grupo se trasladó a la Villa Ferroviaria, donde el Pontífice se reuniría con once personas de la región.

Linconao se instaló tras las rejas a esperar, pero cuando se acercaba el Papamóvil una decena de hombres se le instaló al frente, lo que impidió que Francisco la viera.

El coronel de Carabineros, Enrique Monrás, dijo que se hizo un "trabajo de contención". Agregó que es lo que harían ante "cualquier persona que nosotros estimemos que va a general algún problema (...) Es un resguardo.

La presencia de la machi tensionó el ambiente. Un grupo de personas comenzó a gritar "¡El Papa es lo importante!", pues según ellas su presencia distraía el sentido de la cita. Una de ellas se trenzó en una discusión, que estuvo a punto de llegar a una agresión con una acompañante de Linconao.

"Para los mapuches no hay justicia, solamente para los ricos latifundistas que tienen plata, que hacen lo que quieren con una", alegó.

Finalmente, la machi se retiró molesta porque no consiguió su objetivo.