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Al menos 52 presos murieron, 16 de ellos decapitados, en una riña carcelaria ayer en un penal del estado brasileño de Pará, informó la Superintendencia del Sistema Penitenciario (Susipe). Un número indeterminado de las víctimas fatales fueron asfixiadas, dijeron las autoridades penitenciarias.

El total de víctimas podría subir una las autoridades terminaran de inspeccionar todas las áreas involucradas en el motín, dijo el jefe de Prisiones Estatales, Jarbas Vasconcelos, en una conferencia de prensa.

Vasconcelos agregó que la pelea entre bandas criminales en la prisión de Altamira comenzó a eso de las 7 de la mañana, cuando se servía el desayuno.

Los presos también incendiaron varios elementos evitando que las autoridades entraran a la instalación sino hasta unas cinco horas después de iniciada la pelea.

El motín es parecido a otros ocurridos en mayo en varias prisiones del cercano estado de Amazonas, donde murieron 55 reos.

Violencia carcelaria

De acuerdo a AP, a principios del 2017 más de 120 presos murieron en prisiones del norte de Brasil cuando bandas rivales pelearon por el control de las rutas de narcotráfico de la región. La violencia duró varias semanas y abarcó a varios estados.

En muchas prisiones de Brasil hay pocos guardias para el total de presos, que suelen gobernar las instalaciones y realizar actividades criminales pese a estar tras las rejas. De acuerdo a la investigación preliminar reseñada por la prensa brasileña, las bandas rivales tomaron como rehenes a al menos dos agentes penitenciarios.

La población carcelaria de Brasil se ha multiplicado ocho veces en tres décadas hasta llegar a unos 750.000 reos, la tercera cifra más alta del mundo.

El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, puso de relieve durante su campaña la necesidad de poner controles más estrictos en las prisiones del país, junto con construir más centros de reclusión de este tipo. Pese a las intenciones de Bolsonaro, la mayoría de las prisiones en Brasil son controladas por cada estado.

la población penal de Brasil llega a 750 mil presos y es la tercera más grande del mundo.

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"Es una dictadura, sí", le dijo el expresidente uruguayo José Mujica a radio Universal de ese país luego de que le preguntaran si el Gobierno de Venezuela podía calificarse así. "En Venezuela hay una dictadura. Es una dictadura, sí. En la situación que está no hay otra cosa que dictadura", dijo en una entrevista. No obstante, también comentó que "hay dictadura en Arabia Saudita, con un rey absoluto, y hay en Malasia, donde matan 25 tipos por día". "Y la República Popular de China ¿qué me dice?", planteó.

Con sus declaraciones del fin de semana, el exmandatario (2010-2015) y uno de los principales referentes de la izquierda uruguaya desencadenó una tormenta política. Según AP, hasta el momento, el oficialismo había sostenido que calificar de "dictadura" a la administración de Nicolás Maduro no ayudaba a buscar una salida negociada a la crisis venezolana, un objetivo del Gobierno del Presidente Tabaré Vázquez.

Mujica insistió en que corresponde a los venezolanos encontrar la salida a la "dictadura". En los últimos meses, Mujica ha defendido la celebración de "elecciones con garantías".

Las últimas encuestas de cara a las elecciones primarias argentinas del 11 de agosto reflejan que la opción del Presidente Mauricio Macri va ganado terreno pese a que el peronista Alberto Fernández sigue al frente en intención de voto en la mayoría de sondeos.

A falta de solo 12 días para los comicios, la firma brasileña Ideia Big Data le da 41% de voto a Macri, precandidato de Juntos por el Cambio, y 37% a Alberto Fernández y la expresidenta Cristina Fernández (Frente de Todos). La encuesta de Synopsis dio una ventaja de 2,5 puntos a Fernández, que sube 0,3 puntos (40,6%). El 11 de agosto, las primarias habilitarán las listas para los comicios generales del 27 de octubre.

Un niño de 8 años fue atropellado ayer por un tren cuando fue empujado junto con su madre sobre los rieles en una estación en Frankfurt (Alemania). Según las autoridades locales, el menor murió arrollado por uno de los trenes bala "ICE" en la principal estación ferroviaria de la ciudad. La mujer pudo escapar pero el niño murió, dijo la vocera policial Isabell Neumann. El sospechoso, un hombre de 40 años, salió corriendo pero varios transeúntes lo persiguieron y finalmente fue capturado por agentes policiales. Ayer era interrogado y al cierre de esta edición las autoridades policiales no habían ofrecido alguna una hipótesis sobre el motivo del ataque.