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Harvey Weinstein, quien fue uno de los hombres más poderosos de Hollywood, ayer fue sentenciado por la justicia estadounidense a cumplir 23 años de cárcel por los delitos de violación y abuso sexual.

Una condena que es la culminación de la caída de quien fue productor ejecutivo de cintas ganadoras del Oscar como "Shakespeare enamorado" y "Tiempos violentos".

Weinstein fue declarado culpable en febrero pasado de violar a una aspirante a actriz en la habitación de un hotel en Nueva York en 2013 y de darle sexo oral por la fuerza a la exasistente de producción Mimi Haleyi en el departamento de él en 2006.

Por esos hechos, el exmagnate enfrentaba una pena máxima de 29 años. Según The Hollywood Reporter, al conocer la sentencia, su reacción fue de "total confusión". Poco antes, rompió su silencio en la corte con una solicitud de clemencia en la que divagó y dijo que su "empatía ha crecido" desde su caída.

El caso, que estalló en 2017, gatilló el movimiento #MeToo. Weinstein dijo que sentía "remordimiento" pero que estaba perplejo por el juicio y clima en el que se desarrolló por el #MeToo. "Miles de hombres están perdiendo el proceso debido. Estoy preocupado por este país", declaró.

Tal como ha ocurrido en diferentes lugares del mundo, el coronavirus está comenzando a afectar la agenda de espectáculos. A la suspensión del concierto que daría en Chile el exvocalista de Van Halen, Sammy Hagar, el 14 de marzo, ayer se sumó la cancelación del show que el grupo de hip hop Wu-Tang Clan, tenía agendado para el 7 de abril en el Movistar Arena. La misma agrupación explicó en sus redes sociales la cancelación de su concierto en Chile, y el que darían en Argentina, por "la propagación del coronavirus a nivel mundial", sin anunciar una nueva fecha.