Natividad Espinoza R.

Durante la pandemia ha habido un gran abandono de métodos anticonceptivos que ya está trayendo consecuencias en nuestro país. Sobre esto y respecto de cómo están viviendo actualmente la sexualidad los jóvenes, conversó con hoyxhoy la delegada en Chile para la Red Iberoamericana de Salud Reproductiva y Sexual, dra. Andrea Von Hoveling.

Hace poco salió una partida defectuosa de pastillas anticonceptivas. ¿Qué consecuencias podría traer esto? ¿Podría haber un abandono masivo?

El defecto de estas pastillas era que estaban desordenadas las activas con las libres de hormonas y ese era un defecto fácil de detectar porque visualmente se notaba altiro. Entonces, para una mujer que se daba cuenta y pedía asesoría era corregible. Yo diría que el gran fantasma es que se le pierda la confianza a los métodos anticonceptivos y que haya aún más abandono de éstos, porque ya ha habido muchos casos de abandono por temas de acceso a los consultorios, de reducción de ingresos, de personas que no están en contacto con sus parejas. Ya ha habido bastantes suspensiones por otros motivos, entonces el principal miedo es que esto conduzca a más abandonos.

¿Usted cree que ha habido más embarazos no deseados los últimos meses?

Sí, absolutamente. Lo que pasa es que todavía no tenemos números, pero la percepción que tenemos por las consultas que recibimos tanto presenciales como a través de redes sociales es que ha habido un aumento súper importante de embarazos no deseados. Se han buscado también más métodos abortivos. O sea está bien crítico esto.

¿Cómo están viviendo los jóvenes su sexualidad en pandemia?

Con los jóvenes estamos bien preocupados porque justamente están con menos herramientas de, por ejemplo, acudir a la matrona, ir al ginecólogo. Hay familias en que parte del ahorro ha sido suspender el financiamiento de los anticonceptivos o los preservativos para sus hijos adolescentes, por ejemplo. Porque muchos están descansando en esto de que no se pueden ver. Pero sabemos que los reencuentros se producen igual, ya sea porque se violan las cuarentenas o porque se levantan las cuarentenas en forma inesperada y los reencuentros muchas veces son súper apasionados y con pocas precauciones. Entonces, están viviendo relaciones a distancia y reencuentros súper intensos y muchas veces sin protección, así que eso nos tiene súper preocupados.

¿Ha visto un aumento en enfermedades de transmisión sexual?

Claro que sí. Nosotros venimos desde hace años con un aumento sostenido de casi todas las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), sobre todo en menores de 25 años. Ese es un tema que ya venimos dando la alarma hace años y ahora en pandemia todavía no hay cifras, pero hay advertencias de la ONU y de la OMS de que una de las grandes consecuencias de esta pandemia podrían ser las infecciones de transmisión sexual. Particularmente los contagios de VIH, que es la otra pandemia de nuestro tiempo. Esto, porque han disminuido las herramientas de prevención como el acceso a preservativos, el acceso a consultas y una cosa fundamental en las infecciones de transmisión sexual es detectar y tratar precozmente a las personas contagiadas para cortar la cadena de contagios.

¿Qué otras ITS se han visto más, aparte del VIH?

Pucha, todas, pero las más comunes son en personas jóvenes la clamidia y en todas las edades el virus papiloma humano (VPH). Esas son las más frecuentes, la que más precupa es el VIH por la gravedad que tiene.

Pero hay cepas del VPH que pueden producir cáncer…

Así es. El virus papiloma lo más frecuente es que cause verrugas genitales que se llaman condilomas y no suelen ser graves. Son molestos, pero no graves. Pero también se asocia a cáncer, principalmente de cuello uterino y también de vulva, de vagina, de pene, de ano y de faringe. Así que sí, es importante como patología.

¿Estos cánceres los pueden tener también jóvenes?

Generalmente el contagio se produce durante la juventud pero se demora en producir los cambios celulares que llevan al cáncer. Entonces el cáncer se produce generalmente en la cuarta década de la vida. El contagio, que es lo que queremos evitar se da en jóvenes. Por eso que el énfasis sigue siendo en la protección de transmisión de infecciones en adolescentes y adultos jóvenes y en este momento el mensaje es que cualquier contacto sexual debiera ser protegido. Sexo oral, sexo anal, contacto genital o con las manos. Todo debiera ser con algún método de barrera. Y las vacunas, que en este momento el VPH y la hepatitis B son las únicas ITS que tienen prevención a través de vacunas.

¿Qué recomendaría a los padres de adolescentes para concientizarlos sobre el tema y los peligros que puede traer una vida sexual irresponsable?

Primero, hablar desde que son súper chicos de las partes del cuerpo, del respeto por el cuerpo propio, el respeto por el cuerpo del otro. Este concepto de que la educación sexual empieza a una edad determinada está súper equivocado y la idea es que desde niños haya una conversación sobre la corporalidad, el autocuidado y el respeto. Eso por un lado. También demostrarles a los niños y adolescentes que pueden hablar cualquier tema con nosotros. Concretamente, los que ya tenemos hijos adolescentes hablar abiertamente de la sexualidad, preguntar cuáles son las necesidades que tienen. Lo otro que está súper recomendado es que en las casas que haya adolescentes haya preservativos y que estén al alcance de ellos sin que se fiscalicen, se cuenten o se usen para controlar, sino que estén a disponibilidad, incluso hay veces que si no les sirven a nuestros hijos les van a servir a los amigos de ellos y eso va a dar paso a que podamos conversar. A los adolescentes hombres llevarlos a un pediatra con experiencia en adolescentes para que puedan hablar las cosas más técnicas y las cosas que a los niños les da vergüenza hablar con los papás y a las adolescentes mujeres llevarlas al ginecólogo, y si es que se indica un método anticonceptivo comprometerse y no cortarlo, salvo con indicación médica.

Hay hartos mitos al respecto…

Sí, es verdad. Lo que pasa es que se sigue viendo el anticonceptivo como que es malo tomarlo, y que entonces si tengo la opción de dejarlo me hace bien y la verdad no es así. Hay muchos más riesgos asociados a la toma interrumpida que a la toma continua por largo tiempo. Siempre supervisado por un profesional, pero con un control anual la idea es mantener el método anticonceptivo a menos que haya una razón para la suspensión o que la mujer se quiera embarazar y eso no está muy divulgado en general.