Leo Riquelme

En momentos en que el mundo más las necesitan, dos emergencias amenazaron ayer a dos importantes plantas de fabricación de vacunas en el mundo. En India la principal productora global de antídotos del planeta fue afectada por un incendio, mientras que intensas lluvias en Gales pusieron en vilo a otra factoría dedicada a ese mismo objetivo. En ambos sitios se produce el producto contra el coronavirus que desarrollan la Universidad de Oxford con AstraZeneca.

Las llamas afectaron a dependencias del Serum Institute of India ubicadas en la ciudad de Pune, al oeste del país. El fuego destruyó un edificio en construcción en el complejo biomédico y provocó la muerte de cinco personas, según notificaron las autoridades locales.

La compañía lamentó los decesos, pero aseguró que no alterará los plnes de producción de la vacuna Covishield, que produce para Oxford y la farmacéutica AstraZeneca.

"Me gustaría asegurar a todos los gobiernos y al público que no habría pérdida de producción de Covishield debido a los múltiples edificios de producción que había mantenido en reserva para hacer frente a tales contingencias", informo a través de Twitter el director ejecutivo del Serum Institute, Adar Poonwala.

Esta compañía produce anualmente 1.500 millones de dosis de vacunas para distintas enfermedades, y ahora trabaja aceleradamente en la expansión de sus dependencias para elevar la producción a 2.100 millones para fines de este año.

A la amenaza en India , el consorcio de Oxford y AstraZeneca sumó ayer la contingencia vivida en una planta en la ciudad de Wrexham, al norte de Gales, donde las intensas lluvias obligaron a sus equipos a extremar las medidas para impedir que las inundaciones afectaran un sector industrial donde están las instalaciones de la empresa Wockhardt UK, que tiene uno de los contratos para participar en la producción de la vacuna.

"Tuvimos que trabajar en colaboración para asegurarnos de que no se perdieran las vacunas en las inundaciones. Llevo toda la noche en vela... es un momento muy difícil", dijo a BBC Radio Gales el jefe del concejo municipal de Wrexham, Mark Pritchard.

La empresa informó que el agua rodeó el edificio pero el plan de contingencia permitió que no se interrumpiera la fabricación de dosis.

Tras reintegrarse a la Organización Mundial de la Salud (OMS), del que la sacó Donald Trump molesto por su manejo de la pandemia y sus posturas con China, el gobierno del recién asumido presidente Joe Biden anunció que Estados Unidos se sumará al programa Covax, una iniciativa global que pretende garantizar el acceso equitativo a vacunas contra el coronavirus en el planeta.

La decisión fue comunicada por el máximo asesor epidemiológico de la Casa Blanca, Anthony Fauci, quien ayer participó de una reunión telemática del organismo, en una señal de los nuevos tiempos que vive Washington tras la partida del republicano el miércoles.

"EE.UU. también pretende cumplir sus obligaciones financieras con la organización", añadió Fauci dirigiéndose al director Tedros Adhanom Ghebreyesus, a quien llamó "mi querido amigo".

Tedros aplaudió el regreso del país a la entidad. "Este es un buen día para la OMS y un buen día para la salud global", afirmó. "El papel de Estados Unidos, su papel, el papel global, es muy, muy crucial" , añadió.

Chile está suscrito al programa Covax, al igual que China y la Unión Europea.

En medio de una segunda ola con peores consecuencias que la primera, las autoridades alemanas aprobaron la exigencia de uso en espacios públicos de mascarillas quirúrgicas y del tipo FFP2, prohibiendo de paso las ya masificadas de tela.

La decisión apunta a tener mejores precauciones para prevenir la transmisión de coronavirus, que en las últimas horas contrajeron al menos 29 mil personas en el país.

El presidente del gobierno bávaro, Markus Söder, aseguró que en el mercado hay stock para toda la población. Pese a ello, la canciller Angela Merkel se abrió a la posibilidad de ayudar a ciertos sectores a comprarlas. Según medios locales, una mascarilla quirúrgica cuesta hasta el equivalente a 2.181 pesos chilenos, mientras que una FFP2 puede llegar a $4.362.

El presidente de Argentina Alberto Fernández recibió ayer la primera dosis de la vacuna rusa Sputnik V contra el coronavirus, luego de que la autoridad sanitaria local recomendó su aplicación a los mayores de 60 años. Pese a las críticas y dudas que hay sobre ese desarrollo, debido a lo hermético que ha sido Moscú al respecto, el mandatario aseguró en un comunicado que el fármaco es seguro y reiteró que su prioridad es que llegue a la mayoría de sus compatriotas en el menor tiempo posible. Fernández deberá aplicarse luego de 21 días la segunda dosis.