Natividad Espinoza R.

Cada año Halloween es un gran acontecimiento para los niños porque implica disfrazarse y además comer dulces. El problema es que en muchas ocasiones lo que se compra para celebrar Noche de Brujas no es muy amigable con el medio ambiente.

A fin de hacer de esta fecha algo más sustentable sin que deje de ser divertida -algunos panoramas ya tendrán que ser modificados debido al retroceso de numerosas comunas en el plan Paso a Paso-, la ingeniera y experta en Educación Ambiental, Francisca Araya, dijo que hay que reemplazar ciertos productos y evitar otros.

"A los niños les encanta disfrazarse. Eso es un hecho y no hay que impedírselos, pero sí se los puede alentar a inventar sus propios disfraces en casa con cosas que tengan en el clóset, en la bodega o en algún baúl. A veces uno piensa que no tiene nada que podría servir, pero siempre se encuentra algún elementos clave capaz de encender la creatividad", dijo la profesional.

Otra alternativa es que los niños intercambien disfraces con hermanos, familiares o amigos cercanos. Aunque, por supuesto, debido a la pandemia es importante asegurarse de que ninguno de los niños con que se va a compartir esté contagiado de covid-19.

Por supuesto, también se puede optar por que sean los padres quienes hagan los disfraces a los niños.

"Se pueden ver tutoriales en YouTube o en TikTok para hacer algunos atuendos con cosas que uno puede encontrar en la casa, porque la idea aquí es tratar de no comprar nada o lo menos posible", dijo Araya, quien también subrayó que para algunos disfraces basta con pintarse la cara, como lo que tan comúnmente ofrecían los típicos "pintacaritas" que se veían en cumpleaños y en parques con alta presencia infantil.

Algo parecido se puede hacer con la decoración de la casa, intentando reciclar elementos para usarlos como base para hacer espeluznantes decoraciones. También se pueden encontrar mucha ideas en internet. Personalmente, Araya recomendó buscar inspiración en Pinterest, donde se pueden encontrar maravillas hechas solamente de lana negra o de tela de algodón blanca, por ejemplo.

¿y los dulces?

Además de estar generalmente envueltos en papel, los dulces tienen muchas azúcar y muy poco de saludables. Por eso, una idea es hacer los propios bocadillos de Halloween. La cocinera Alessandra Riveros (@manitosquecomen) compartió recientemente en su cuenta de Instagram una receta de "dedos de bruja", que son unas galletas bastante sanas y sencillas de hacer.

Si por lo que se tiene debilidad es por las cocadas, Carolina Undurraga (@ketocahoy) tiene publicada en su cuenta una receta de estas preparaciones decoradas con temáticas de Halloween.

"A veces uno piensa que no tiene nada que podría servir, pero siempre se encuentra algún elemento clave capaz de encender la creatividad.

francisca araya, educación ambiental"

Un equipo científico identificó patrones genéticos que pueden ayudar a explicar por qué algunos jóvenes sanos desarrollan casos graves o potencialmente mortales de covid.

La investigación publicada en la revista Science Translational Medicine dice que los pacientes más vulnerables a la enfermedad suelen ser los ancianos y los que padecen comorbilidades. Sin embargo, pueden aparecer casos críticos en jóvenes sin comorbilidades que parecen no distinguirse de sus compañeros.

Para entender por qué, Raphael Carapito, de la Universidad de Estrasburgo (Francia), y sus colegas analizaron a 72 pacientes menores de 50 años, que fueron hospitalizados con covid-19 y sin comorbilidades. Analizaron muestras de plasma de 47 pacientes con covid-19 crítico que requirieron ventilación mecánica, 25 pacientes con enfermedad no crítica y 22 personas sanas.

Los pacientes con enfermedad crítica mostraron una peor inflamación, más coagulación y un repunte de la actividad de cinco genes.

La firma genética más prominente vinculada al covid-19 crítico fue una mayor expresión del gen ADAM9, una firma que se validó en una segunda cohorte independiente de 81 casos críticos de covid-19 y 73 casos recuperados.

Los científicos también descubrieron que el silenciamiento de ADAM9 en células infectadas con SARS-CoV-2 ralentizaba la replicación del coronavirus, lo que sugiere que el gen debería estudiarse en profundidad como posible objetivo terapéutico.