• El Niño Godzilla podría estar de vuelta en el segundo semestre

    Más lluvias y temperaturas más altas traería consigo el regreso de este fenómeno. Eso sí, este año vendría con más fuerza que en 2015.

    N.E.

    Un evento climático de nombre llamativo que en 2015 dio mucho que hablar podría repetirse esta temporada, pero su llegada podría ser mucho más notoria que entonces. Se trata de "El Niño Godzilla", que traería temperaturas más altas y más lluvias de las que a estas alturas se acostumbra presenciar en esta época.

    Hace ocho años, el fenómeno no tuvo la repercusión esperada. No obstante, registró 300 milímetros de precipitaciones en la zona central del país, cosa que los expertos creen que podría incluso superarse en los meses venideros.

    Raúl Valenzuela, académico del Instituto de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de O'Higgins e investigador adjunto del Center for Climate and Resilience Research (CR2), aseguró que no hay nada que indique algo diferente: "Se están repitiendo muchos patrones, el alza de la temperatura ocurre a la misma velocidad y el mismo umbral. Entonces, en el mejor de los casos, tendríamos la misma cantidad de lluvia que hubo el año 2015", precisó.

    El niño godzillla

    Este evento, que también se conoce como El Niño Extraordinario, consiste en el calentamiento de la temperatura superficial del Océano Pacífico, pegado a la costa sudamericana, de más de dos o tres grados por sobre lo normal.

    "Lo que están mostrando los pronósticos a nivel mundial, de distintos centros de investigación, es que el fenómeno de El Niño lo vamos a tener instalado cerca de septiembre de este año, con una anomalía aproximada de 2,5 grados Celsius sobre el promedio histórico", sostuvo Valenzuela, quien también es doctor en Ciencias Atmosféricas.

    Los modelos también proyectan una cantidad de precipitación sobre lo normal para la zona centro del país y, probablemente, una cantidad mayor para la zona sur.

    "Efectivamente, ha habido variaciones desde que se empezó a medir el fenómeno, pero existe una tendencia a que las precipitaciones serán sobre lo normal en la zona centro-sur", puntualizó el académico.

    "Hay que tener confianza que, en algún minuto del año, cerca de septiembre, deberíamos estar de lleno en El Niño. Pero también es necesario recordar que estaremos saliendo de la época invernal y entrando a la primavera, lo que puede ser un riesgo para las actividades agrícolas", agregó el experto de la UOH.

    Más o menos frío

    Una de las realidades del invierno es que tras cada lluvia llega el frío. Y junto a ello, la contaminación atmosférica -en especial por calefacción- de la zona centro-sur. Eso sí. El Niño podría cambiar ese paradigma.

    "El aumento de la temperatura del Pacífico, en especial si es alto, siempre va a influir en que la atmósfera aumente su temperatura. De hecho, hay investigadores que están proyectando que este 2023 debería ser récord en términos de temperatura", dijo Valenzuela, quien precisó que ya se ven señales en el hemisferio norte, en especial en Europa.

    Eso sí, para los próximos días se espera una baja importante en las temperaturas máximas en varias regiones. Por ejemplo, en la Metropolitana se esperan hasta 16°C, mientras mañana la máxima según la Dirección Meteorológica de Chile alcanzará los 14°C y puede que caigan gotas.

  • Pastilla detiene por años el avance de tumores cerebrales

    La investigación oncológica está dando esperanza a quienes tienen un glioma de grado 2 con mutación en el gen IDH, un tumor cerebral maligno para el que se descubrió un tratamiento oral que detiene por años su evolución.

    Los resultados del ensayo en fase III INDIGO se presentaron en el reciente congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, y se publicaron en The New England Journal of Medicine.

    El Hospital 12 de Octubre de Madrid, que formó parte del trabajo donde participaron 331 pacientes, explicó que estos gliomas de bajo grado con mutación del gen IDH representan el 30% de los tumores cerebrales. Crecen lenta pero continuamente, se infiltran en el cerebro y luego se convierten en tumores agresivos con crecimiento acelerado y síntomas graves.

    Sus afectados tienen 25 a 50 años y se tratan con cirugía para extirparlo y radioterapia y quimioterapia para tenerlo a raya, pero las últimas son significativamente tóxicas.

    INDIGO es el primer estudio de fase III que se ha efectuado en pacientes que no habían recibido ni radio ni quimio (sólo operación).

    Aunque la quimiorradiación alarga la vida en buenas condiciones hasta 20 años, con el tiempo conlleva deterioro cognitivo, dificultades motoras y de concentración. El inhibidor vorasidenib, protagonista del ensayo, preserva y mejora las capacidades cognitivas y funcionales de los pacientes por años, al detener el avance del tumor y retrasar los tratamientos agresivos.

    La pastilla prolongó una media de 27,7 meses la supervivencia sin progresión del tumor, frente a los 11,1 meses de quienes tomaron placebo, y aplazó 40 meses la necesidad de tratamiento agresivo.

    "Aprobar el vorasidenib podría atrasar la necesidad de terapias agresivas, marcando un cambio de paradigma en la enfermedad", dijo el neuroncólogo Ingo Mellinghoff, primer autor del estudio.

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