Sin Chicharito, Héctor Moreno y Carlos Vela parecíamos listos para una goleada, nadie nos daba la más mínima esperanza de salir vivos del Nacional y terminamos silenciando a Santiago. México volvió a ser México. Yo tenía 10 años cuando jugamos la primera Copa América, era 1993 en Ecuador.

Iba la mejor generación de futbolistas mexicanos, comandados por Hugo Sánchez, en el arco el legendario Jorge Campos y el emperador Claudio Suárez. Llegamos a la final y la perdimos contra Argentina con gol de Batistuta. Creíamos que estábamos a la altura de los grandes, que podíamos pelearles, pero la realidad en cada partido grande nos pone en nuestro sitio.

Cuando perdemos los partidos top nos autonombramos "los ratones verdes", pero ciertas veces sacamos la casta y sorprendemos al mundo. Acabamos la fiesta.

Millones de chilenos esperaban un triunfo sin complicaciones y ahí están los mexicanos. Los invitados incómodos, ni siquiera formamos parte de Conmebol, pero estamos en medio de la nada, más visitantes que nunca dando un partido histórico.

No ganamos, pero el empate ante el Chile de Alexis Sánchez y Arturo Vidal nos vuelve a poner en las luminarias del mundo. México no fue mejor, pero dejó helado a Chile, les generó dudas, silenció al Nacional.

Volvimos a ser México, peleando, corriendo y soñando. Igual no se gana la Copa o no pasamos de ronda, pero hoy el Tricolor manda a dormir a 100 millones de mexicanos sonriendo creyendo que estamos para pelearle a las potencias.

Saludos desde la tierra del tequila.