El jueves pasado fue un día histórico para Chile, comenzaron a celebrarse los Acuerdos de Unión Civil (AUC); los que permiten que personas del mismo sexo puedan ser reconocidos ante la ley como pareja. Habla de un país que está madurando en términos de inclusión y, por cierto, en términos de equidad de género. Se trata de un acuerdo que está pensado en una lógica inédita respecto de nuestros pactos tradicionales.

Por supuesto que frente a esta noticia, una que tiene que ver con justicia social, con protección a las familias y, por cierto, también con el amor, no les toca del mismo modo a todos. Están las facciones conservadores -religiosas o no- que le temen al cambio y que prefieren que el mundo no dé tantas vueltas. Todos tenemos nuestros puntos reaccionarios, a veces por oportunismo y otras por supervivencia, en que preferimos que las cosas se mantengan en nuestra zona de confort.

Pero hay resistencias más nobles y otras cargadas de odio, y de estas últimas salpican a borbotones cuando se trata del homoerotismo. Y por ello, cuando las reacciones son tan emocionales, más que fundamentadas en alguna idea -aunque esta suene añeja o autoritaria- creo que hay que algo que está pulsando y que probablemente ni siquiera el odiador reconoce de sí. Incluso el Pastor Soto, con sus delirios, agrede con ideas -locas, claro- pero hay muchos que no padecen de ningún tipo de trastorno aparente y atacan desde una incomodidad difícil de explicar. Por ejemplo, cuando se ataca argumentado desde el asco. Cosa curiosa, ¿por qué el asqueado necesita demostrarle a otros su rechazo corporal? ¿Por qué a los otros podría importarle aquello?. Más bien, tal reacción revela que hay algo que resulta tremendamente amenazante para ese que agrede.

¿Cuál es esa amenaza tan grande de la homosexualidad? Voy a arriesgar una hipótesis. En general, el rechazo -más allá de los ideólogos conservadores- viene del macho hetero. Las mujeres no solemos ni acusarnos ni bromear entre nosotras respecto a la orientación sexual, las mujeres somos más fletas, nos declaramos amor, nos miramos, nos podemos tocar sin temor. Hay algo que el macho del patriarcado debe reprimir en mayor medida que los demás: la llamada pasividad y cualquiera de sus sinónimos.

Lo que la cultura patriarcal erige, es la fuerza, lo heroico, la actividad, el liderazgo, no por nada se vende tanto curso hoy para transformarse en líder. En general, la debilidad, la dependencia, o cualquier rasgo que parezca opuesto a la dominancia suele verse como un defecto o se la infantiliza, como se lo ha hecho históricamente con las mujeres o cualquiera que no sea sujeto hegemónico. Por lo mismo, los homosexuales, las mujeres -cualquiera al margen de la hegemonía-, tiene mayor libertad para deambular en aquellos rasgos humanos, e incluso poder gozar de las fantasías de sometimiento cuando hay humor.

El macho patriarcal, debe defenderse como puede de una dimensión que habita en los seres humanos, y que incluso empuja cierta satisfacción sexual. Como confesó Améliee Hélie, una afamada prostituta francesa: los empresarios y los políticos, después de ejercer su poder durante el día, "van a visitarnos. Y, cuando nos han desnudado hasta nuestras enaguas, dejan de farfullar, sus ilusiones de grandeza colapsan y su arrogancia desaparece. Empiezan a tartamudear como pequeños que quieren centavos para dulces" (Sergio Zabalza, en Página 12). Sospecho que en la homofobia se juegan segregaciones más profundas que lo que los argumentos reaccionarios pueden vislumbrar.

Vale la pena hacerse alguna pregunta por uno mismo, cuando la vida del otro nos genere tanto interés, aunque éste aparezca disimulado para nosotros mismos como repulsión.

En Boston, Massachusetts, se subastó el reloj Bulova Chronograph de Dave Scott, astronauta que formó parte de la tripulación de la misión Apolo 15 que llegó a la Luna en 1971. Scott fue el único de los 12 hombres que caminó en la Luna que conservó el reloj que utilizó, ya que el resto, todos modelo Omega Speedmasters, quedaron en manos de la NASA. Scott no usó un Omega porque se le rompió en otra caminata sobre el cuerpo celeste. El reloj se vendió en US$ 1,625 millones.

Un hacker está realizando ataques contra sitios web racistas, con objetivos como un sitio relacionado con el Estado Islámico, tiendas que venden propaganda racista y el Ku Klux Klan. El vigilante se hace llamar sgtbilko420 y ha anunciado en su Twitter un ataque a 20 sitios para Halloween. El internauta, que al parecer no es parte de grupos como Anonymous, ofreció una recompensa del equivalente a más de 3 millones a quien logre identificarlo.

El cometa Lovejoy contiene azúcar y alcohol etílico, del mismo tipo que contienen las bebidas alcohólicas. Esto constituye la primera vez que estas moléculas orgánicas complejas son encontradas en un cometa y posiblemente datan de los inicios del Sistema Solar. Este astro, uno de los cuerpos más brillantes y activos desde 1997, fue visible para el ojo humano en enero de 2015, cuando estuvo más cerca del Sol.

Veterinarios de la Universidad de California, Davis, pueden haber encontrado una relación entre el color del pelaje de un gato y su tendencia a ser agresivo. En un estudio publicado en el Journal of Applied Animal Welfare Science, un cuestionario electrónico a dueños de gatos confirmó a los expertos que los gatos tricolor, que son casi exclusivamente hembras, son agresivos hacia los humanos más frecuentemente.