Cuando fundamos América Solidaria soñamos un trabajo que involucrara distintos actores de la sociedad y de las comunidades más excluidas del continente. Lo que nos movía era aportar un "granito" a la superación de la pobreza, haciéndolo de la mano de los protagonistas. Sentíamos el dolor que provoca la pobreza en las familias de América, en particular en los más de 70 millones de niños/as que ven afectado su desarrollo producto de la injusta miseria en que se desenvuelven. Para esto, invitamos a jóvenes profesionales que voluntariamente se trasladaran a vivir a estas comunidades excluidas y colaboraran con el éxito de iniciativas que ya existían. El sueño partió pequeño, pero en 13 años llegamos a 13 países, y a 35.000 beneficiarios anuales. Sabemos que queda un largo camino por recorrer y lo hacemos con esperanza.

Entre los más de 300 proyectos sociales en los que hemos colaborado hay uno en el que se cumple evidentemente este sueño, el de Huertas en Guatemala y Honduras, que comenzamos hace tres años en la zona de Uspantán con un voluntario de Bolivia y una de Chile, y luego extendimos a otros territorios enviando hasta hoy 17 voluntarios. Actualmente es financiado por el Fondo Contra el Hambre y la Pobreza de la Agencia de Cooperación de Chile en alianza con el PNUD, y apoyo de FOSIS, de un centro de huertos de México y la organización Hábitat para la Humanidad. Buscamos mejorar la calidad de vida de las comunidades a través de los huertos, permitirles obtener variedad de alimentos, además de proveerles de ingresos gracias a la venta de excedentes.

En este proyecto participan más de 100 familias. Para que éstas trabajen sus huertos, los voluntarios replican técnicas de agricultura biointensiva y otras metodologías. Además, se crearon huertos comunitarios y escolares al verse graves problemas de nutrición.

Las familias han aprendido a cuidar y abonar sus terrenos, y las primeras cosechas han cambiado radicalmente los hábitos alimenticios. También se han utilizado metodologías de enseñanza para el desarrollo comunitario y obtener sustentabilidad, lo que ha fortalecido sus capacidades económicas y productivas. Nuestros voluntarios van traspasando conocimientos a las familias y al mismo tiempo, existe un intercambio de experiencias y aprendizajes en encuentros entre ellas. Así generan lazos que les permiten hacer redes, sentirse más seguros, apoyarse y traspasar las riquezas que han ido descubriendo.

Para América Solidaria esta experiencia ha sido de mucha sensibilidad y empatía al insertarnos comunidades alejadas y excluidas, con las que trabajamos con respeto y comprensión de sus costumbres e historia. Esto es parte de los objetivos de los proyectos que estamos ejecutando y para los que convocamos nuevos voluntarios (Americasolidaria.org).

Gerardo Carrasco. Tiene 13 nietos y un bisnieto. Trabajó toda su vida en el Hospital Barros Luco como el técnico que sacaba las radiografías a los pacientes.

Vive en La Florida, en un departamento que compró tras el fallecimiento de su esposa, y que hoy comparte con un nieto de 20 años: "Él se vino a vivir a Santiago hace un año para estudiar Historia en la Universidad Católica. Nos hemos llevado bien, yo creo que porque nos parecemos mucho. También me vine de Curicó a Santiago a estudiar, aunque más chico, a los 12. Era el mayor de nueve hermanos y como en esa época éramos muy pobres y los papás no podían mantenernos a todos, me fui a casa de una tía".

Con la llegada de mejor tiempo sale a dar caminatas diarias. A veces pasa por fuera del campus y si se encuentra con su nieto compran unos arrollados primavera y se devuelven juntos al departamento: "Los lunes en la tarde es cuando más pasamos juntos porque vemos documentales. Él los baja en su computador y después los vemos en una pantalla plana. He aprendido mucho. Tratan sobre los masones, sobre si Jesús existió, el poder del dinero y de los medios de comunicación, sobre cómo nos mienten sin que lo notemos. Las AFP por ejemplo, eso de que la plata es tuya es mentira, sino ¿por qué las pensiones son tan bajas cuando uno llega a viejo? Si las cosas no cambian desde arriba, uno tiene que hacer el cambio. Mi propuesta es que todos nos cambiemos a una sola AFP y hagamos colapsar el sistema desde dentro. Me gustaría ver qué harían ahí".

Resulta terrible darse cuenta de la frialdad de la gente el día de hoy. El otro día iba caminando por una calle de la comuna de La Reina cuando avisté a lo lejos a una persona tirada en el pasto junto a la vereda de calle Larraín. Cuando ya estuve a una distancia suficiente para darme cuenta de que estaba llorando, pude también notar cómo toda la gente que pasaba, que a esa hora era bastante, actuaba de manera totalmente indifeferente. Algunos ni siquiera eran capaces de mirar hacia la persona, que luego noté era un vendedor de chocolates que tenía toda la mercancía botada, distribuida a su alrededor. Cuando al fin llegué frente suyo le pregunté qué le pasaba. "Nada", me dijo, y me miró con indiferencia.

Si no me equivoco fueron 96 las parejas que el jueves pasado contrajeron el Acuerdo de Unión Civil, número bastante inferior al que se esperaba. Y es que lamentablemente ese día que aparecerá como fecha importante en los libros de Historia de nuestros hijos se vio opacado debido a la huelga de los funcionarios del Registro Civil. Me alegré al ver a las primeras parejas -sobre todo formadas por personas del mismo sexo- celebrar el comienzo de una nueva etapa luego de tanto tiempo esperándola, pero hubiera sido tanto mejor si todo hubiera estado funcionando de manera regular. Así somos los chilenos: hacemos algo bien mientras, al mismo tiempo, hacemos algo mal.

Marcela Tapia (40) contó que es una fiel seguidora de hoyxhoy y que su día favorito para leerlo es el martes, jornada de la semana en que aparece la columna de Bien Animal y los "Regalones de la semana". "Adoro los gatos", dijo.

Aproveche de caminar un rato cuando salga del trabajo: el aire está muy limpio y la ciudad huele a primavera.