• Un nuevo mar: lo que nos traerá el cambio climático

    Expertos contaron a hoyxhoy que tendremos que acostumbrarnos y aprender a convivir con la fragata portuguesa, pero que la modificación medioambiental que estamos viviendo hoy también traerá consigo otras especies, como tiburones y erizos. Otras, como la anchoveta, la jaiba y la centolla, se harán más escasas.

    "La extensa aparición de la fragata portuguesa en aguas del litoral chileno es sólo una de las alteraciones con la cual nuestra especie dominante tendrá que lidiar y poder adaptarse", advirtió a hoyxhoy el ingeniero oceanólogo Felipe Ríos.

    Y es que "diversos estudios demuestran que como resultado del cambio climático acontecido en las últimas décadas, la intensidad del fenómeno de El Niño se estaría incrementado, ocasionando grandes alteraciones a nivel mundial", agregó.

    Dentro de estas variaciones una de las más importantes es, justamente, la llegada de nuevas especies.

    La bióloga marina Gabriela Villouta sostuvo que, además de la fragata portuguesa -de nombre científico hidrozoo sifonóforo- de aquí a unos años habrá llegado a territorio nacional una mayor cantidad de erizos y tiburones, puesto que si empieza a subir el nivel del mar (producto del cambio climático) empezarán a bajar corrientes desde Perú, con sus respectivas faunas.

    Si bien suena algo peligroso el futuro aumento de la población de escualos en este mar, el pescador Claudio Cisternas, que el verano pasado pescó un ejemplar de gran tamaño, manifestó que estamos en condiciones de recibirlos y no hay qué temer. El hombre de mar aclaró que "los más grandes llegan todos los años cuando empieza a hacer calor, cuando la temperatura del agua alcanza los 15°C o más. Pero se los puede encontrar todo el año, aunque más chicos".

    Según él, la llegada de más tiburones podría asustar a bañistas, pero no más que eso. "Para quienes la cosa podría ponerse más complicada sería para los buzos", apunta.

    Con respecto a que los escualos no son lo más peligroso que podría acercarse, Villouta coincidió con Cisternas porque para ella lo más preocupante es que "van a haber quizás más floraciones algales. Pueden llegar microalgas que intoxican a las personas y matan a ciertas especies. Un ejemplo de esto es la popular marea roja".

    Ante el escenario que se aproxima, la científica comentó que "vamos a tener que empezar a tomar cuidados y precauciones".

    Los que se marcharán

    No obstante, Villouta sugirió que el sector que se verá más afectado por el cambio climático y el fenómeno de El Niño maximizado que ya ha empezado a hacerse presente es el económico, porque tal como van a empezar a llegar nuevas especies, van a tender a emigrar otras, dentro de las cuales se encuentran algunas de las más comerciales.

    Se trata de la mayoría de las que se ocupan para elaborar harina de pescado, como las anchovetas. "Igualmente, la mayoría de los mariscos que consumimos van a empezar a moverse más hacia el fondo del mar y también a irse hacia el sur. Algunos de estos organismos son las jaibas y las centollas, además de la sierra y el jurel", afirmó.

    Pero nada nuevo pasará con las especies que hoy crecen en cautiverio, como el salmón y los ostiones.

    Marejadas

    Otro fenómeno que ya ha llegado de la mano del cambio climático y ha traído efectos no menores, es la mayor presencia de marejadas, las cuales, explicó Ríos, "son producto de sistemas atmosféricos de baja presión que causan un ascenso en el nivel del mar. Como resultado del paso de estos sistemas, se intensifican los vientos que soplan hacia la costa, produciendo un apilamiento de agua en el borde costero. Este fenómeno puede amplificarse al coincidir con las fases de luna nueva y llena, cuando el rango de la marea astronómica (generada por efecto gravitatorio de la luna y el sol) es mayor".

    Afortunadamente, en el corto plazo la ocurrencia de éstas puede ser pronosticada anticipadamente, "lo cual permite el aviso temprano a la población asentada a lo largo del borde costero", aseguró el oceanólogo, quien agregó que este fenómeno no sólo se está dando en Chile, sino a nivel global y también afecta de manera importante la economía.

    "Al incrementarse el nivel del mar producto de la marejada, las olas incidentes sobre la costa pueden propagarse más hacia tierra, y finalmente romper próximas a la playa, causan un mayor daño sobre las infraestructuras litorales edificadas por el hombre. La erosión de las playas por parte del oleaje es hoy día un serio problema que afecta al sector turístico en el Caribe", expresó el profesional.

    Por otra parte, dijo que el mayor accionar del oleaje "puede producir cambios importantes en la morfología costera y generar complejos sistemas de corrientes y transporte de sedimentos litorales, lo cual igualmente afecta a la fragilidad de las comunidades biológicas".

    Se habla de ecosistemas marinos que han logrado desarrollarse durante el transcurso de varios millones de años, cuya subsistencia podría ponerse en riesgo con una súbdita alteración de las condiciones ambientales.

    Finalmente, el decano de la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Naturales de la Universidad de Valparaíso, Ricardo Bravo, aseguró que "es una situación muy confusa la que estamos viviendo en el ámbito científico marino" y que no hay científico en el mundo que pueda estar 100% seguro de lo que de aquí a unos años va a pasar. Pero si hay certeza de algo es que va a haber cambios, y que estos ya comenzaron a dejarse ver.

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