Ser goleador en un Mundial juvenil es todo un sueño. Y que la fama repentina, los flashes, ofertas y contratos millonarios lleguen a los 16 o 17 años transforma a muchos. Algunos, en ese camino lleno de palmaditas en la espalda, sobreviven y se convierten en figuras planetarias. Otros, tal vez marcados por esa racha de buena suerte, o por la inmadurez a la hora de procesar su nueva realidad, terminan vagando por diferentes clubes sin volver a mostrar las credenciales que los hicieron famosos.

Figuras actuales

Mirando a los goleadores en los torneos del Siglo XXI, dos nombres asoman como figuras de una repercusión más que aceptable: el español Cesc Fàbregas y el mexicano Carlos Vela. El ex volante de Barcelona despuntó en el Mundial de Finlandia 2003 donde se convirtió en el Balón de Oro y Bota de Oro con cinco goles. En la última temporada fue campeón con Chelsea y suma 14 títulos entre clubes y selección.

En 2005 Carlos Vela fue goleador de la cita en Perú con cinco tantos. Además, fueron los campeones al vencer 3-0 a Brasil. Desde 2011 se consolidó en la Real Sociedad y suma 59 goles y 36 asistencias en 167 partidos, demostrando que es uno de los artilleros más prolíficos en la Liga Española.

Estrellas caídas

En 2001 el francés Florent Sinama Pongolle anotó nueve goles en cinco encuentros. Liverpool lo compró, pero nunca jugó como en esa cita y pasó posteriormente por otros nueve equipos. El español Borja Bastón brilló en Nigeria 2009 con cinco goles, pero ha pasado más en segunda división que en primera. Recién esta temporada con el Eibar en primera ha despegado en sus cifras.

El marfileño Souleymane Coulibaly anotó nueve goles en cuatro partidos en México 2011. Ese año, en pugna con el Madrid, lo compró el Tottenham Hotspur y desde 2013 ha estado a préstamo en cuatro clubes y apenas ha conseguido anotar 12 goles.