Leo Riquelme

Con gafas oscuras y acompañada de dos gendarmes, se sentó ayer Nabila Rifo por primera vez en el estrado del tribunal oral en el penal de Coyhaique. A dos metros suyos estaba Mauricio Ortega, su ex pareja y único imputado por el femicidio frustrado, que le costó la visión a la joven de 29 años. La vendedora de muebles reconoció que durante la investigación mintió cuando dijo que él no la había golpeado el 14 de mayo.

"Fue Mauricio", declaró. "Me pegó tres veces con una piedra grande y yo me hice la muerta para que no me siguiera pegando", añadió.

En al menos dos ocasiones -en Santiago y Coyhaique- Rifo le dijo a una psiquiatra y una psicóloga, y luego a una asistente social que quien la había atacado era un "joven metalero", aunque en dos oportunidades indicó a Ortega como el agresor.

Ayer, aclaró que tras el ataque quedó inconsciente, estado del que salió cuando despertó en la ex Posta Central y se dio cuenta que quedaría ciega.

"Me preguntaba por qué Mauricio no estaba ahí apoyándome. No lo quise culpar porque quería que él me explicara lo que estaba pasando (...) Quería proteger a Mauricio porque todavía lo quería", aseguró.

"Decidí contar la verdad cuando me encontré con mi niño chico la primera vez y no me reconocía y los más grandes lloraban. Yo me preguntaba cómo iba a vestirlos", agregó.

La pareja estuvo distanciada el 2015 cuando ella denunció un intento de agresión con un hacha, causa de la que ella desistió. Sin embargo, afirmó que siempre él era agresivo. El 2016 estaban distanciados, pero seguía viviendo en la casa de la familia de Ortega. Según se ha acreditado hasta ahora, el 14 de mayo organizaron un asado y junto a unos amigos comenzaron a beber y bailar, instante en el que ella se levantó la polera y exhibió sus pechos. Más tarde se inició una discusión por dinero. Ahí él se habría violentado y golpeó murallas y una lavadora.

Rifo añadió ayer que cuando todos se marcharon él la golpeó, ella salió de la casa, él la siguió y le dijo: "Nadia, vuelve mierda, ya poh, no peleemos más (...) Yo le dije que iba a ir porque me tenía cabreada". La víctima agregó que no vio que Ortega llevara una piedra, pero sí sintió que él la atacó con algo "muy, muy pesado, muy, muy fuerte". Asegura que cuando la golpeaba no le decía nada y que tras caer al suelo ella lo vio alejarse.