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  • KO: disciplina une bootcamp, artes marciales, boxeo y yoga

    Este sistema de entrenamiento nació hace nueve años en Perú y hoy se puede practicar en Chile. Se enfoca en el bienestar físico, pero sobre todo en el mental.

    Natividad Espinoza R.

    Hace poco más de un año llegó a Chile el KO, una disciplina ideal para cuerpos y mentes inquietas que no se deciden por un solo tipo de ejercicio. Esta propuesta, que en el país sólo se practica en KO Urban Detox Center (Av. Presidente Riesco 3314), combina elementos de artes marciales, boxeo, bootcamp (entrenamiento militar) y yoga.

    Así lo explicó a hoyxhoy la instructora de KO Constanza Nahum, quien especificó que "cada clase dura 55 minutos y comprende lo mejor de cada área. De boxeo ocupamos los golpes básicos pero con variaciones para hacerlo un ejercicio más funcional y trabajar otros músculos; de artes marciales usamos harto de agilidad y de pateo. De bootcamp tomamos principalmente ejercicios de plancha, de abdominales. Y el yoga lo hacemos al final porque la idea es, después de sudarlo todo, conectarse con uno mismo".

    Para esa última parte usan el Soul Yoga, una de las modalidades que más ayuda a fortalecer los músculos y también una de las que más hace sudar.

    Para cuerpo y mente

    De acuerdo a la educadora de párvulos Claudia González (38), que es una de las alumnas más fieles de KO hace casi un año, esta disciplina "cambia la vida en todo sentido y es súper amoldable a cada persona. A mí siempre me gustó el deporte, siempre lo practiqué, pero había algo que me faltaba. Esto te hace sentir bien en cuerpo y sobre todo mente porque es una mezcla muy rica de energía que saca lo mejor de ti".

    Justamente fueron esos aspectos los que destacó Nahum, quien manifestó que el KO "tiene una cantidad importante de resistencia. Te genera una capacidad cardiovascular mucho mayor y hace que uno trabaje la coordinación, pero sobre todo la cabeza".

    La experta en KO también destacó que este sistema de entrenamiento ayuda a despejar la mente. "Cuando uno se levanta a las 6:00 de la mañana a entrenar tiende a pensar 'qué lata', pero las ganas de entrenar superan eso. Una vez acá se te olvida que llegaste tan temprano y también se te olvidan tus problemas, porque la clase es intensa. Si fuera de nivel medio, la gente se pondría a pensar en otras cosas, pero eso no pasa aquí", aseguró.

    Quiénes practican ko

    Para González (quien partió con clases dos veces a la semana y hoy tiene plan ilimitado), el KO es ideal para todo tipo de persona. En esto coincidió Nahum, quien aseguró que éste es multinivel.

    "Nosotros tenemos desde embarazadas hasta personas de la tercera edad. No hay limitantes. Si una persona tiene una lesión de rodilla, de cadera, de lo que sea, nosotros adaptamos los ejercicios para ese tipo de personas. Por ejemplo, las embarazadas no pueden saltar. Entonces, cuando la instrucción es un salto ellas saben lo que deben hacer para reemplazarlo. Todo está conversado previamente, por lo que no hay interrupción de clase ni nada por el estilo", contó.

    Pese a esto, la instructora afirmó que quienes más practican KO en Chile y en su centro son mujeres entre los 25 y 40 años.

    El KO llegó a Chile de la mano de Bárbara Peschiera y fue creado hace nueve años en Perú, por Ale Llosa. Su creadora definió esta forma de entrenamiento como "un concepto integral que se enfoca en el bienestar físico, pero sobre todo, mental. Por eso nuestro lema es 'Train for Happinnes', porque vemos la felicidad como una decisión, podemos alejarnos de lo que no suma y aligerar el cuerpo para alcanzar el equilibrio".

    "Una vez acá se te olvida que llegaste tan temprano y también se te olvidan tus problemas.

    constanza nahum, instructora de ko"

    además de deporte y conexión interior, la filosofía KO engloba alimentación consciente y actitud positiva.

    programa de 30 días comprende una inmersión total en la filosofía KO. Vale $150.000 y parte este jueves.

    un 20% de descuento recibirán quienes se inscriban junto a un amigo, pariente, pololo, etc.

  • ¡Llegó marzo!

    Rodrigo Jarpa / @rodrigojarpa

    Magíster en Psicología Clínica y doctor en Sexualidad Humana

    El verano, las vacaciones y los días de ocio (para los que los tuvieron), nos van dejando y nos enfrentamos una vez más a marzo. Dentro de las responsabilidades que muchos enfrentan ante este choque con la realidad, están las relacionadas con multiples gastos económicos: permiso de circulación, matrículas, materiales, uniformes de los niños, etc. Y actualmente, las discusiones sobre dinero (y lo que éste simboliza) son una fuente de conflicto recurrente para un gran número de parejas.

    Diversos estudios han concluido que mientras más discusiones existan en relación a las finanzas, mayores son las posibilidades de divorcio o separación.

    El dinero es como el sexo, ya que cuando hablamos de él, estamos hablando de otra cosa y es justamente eso lo que hace que los conflictos asociados sean difíciles de manejar. Muchas veces lo que hay por debajo son necesidades emocionales, valores, culturas y sueños, y si no estamos atentos a eso, es posible que nos entrampemos en trincheras de las que es difícil salir.

    Es recomendable desarrollar un mutuo reconocimiento, respeto y validación de cómo la otra persona se relaciona con el dinero y desde ahí co-construir soluciones acordes a cada pareja. Aquí es importante llegar a acuerdos y límites concretos. Por ejemplo definir presupuestos, ahorros, qué paga uno y qué el otro. Lo importante de los acuerdos que se definan con la pareja no es sólo definirlos, sino cumplirlos.

    Una buena forma de comenzar a manejar el conflicto de una manera diferente, es explicitando qué representa el dinero para cada uno. Más allá del papel o el metal, algunos significados frecuentes son: seguridad, estabilidad, un medio para demostrar cariño y afecto (ya sea gastándolo o ahorrándolo), estatus, poder, control, competencia, respeto, sexo, libertad, independencia.

    Hay que evitar a toda costa el uso de palabras como egoísta, amarrete, apretad@, irresponsable, desconsiderad@ y otras descalificaciones similares, que no harán más que sumar leña al fuego.

    Las comparaciones con terceros, como, por ejemplo: "eres igual de apretado que tu papá", también es altamente recomendable que queden fuera de toda discusión.

    Si por ejemplo tú eres una persona a la que le gusta ahorrar y a tu pareja gastar, es poco probable que puedas modificar su manera profundamente arraigada de relacionarse con el dinero. Si ya lo has intentado varias veces antes: ¿realmente crees que lo vas a lograr ahora? En este caso la validación, el respeto y la aceptación son fundamentales. No lo transformarán en una persona ahorrativa, pero puede que como pareja se ahorren el sufrimiento y las discusiones sin salida.

    "El dinero es como el sexo: hablar de él es hablar de otra cosa y eso lo que hace que los conflictos asociados sean difíciles de manejar."

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