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  • La RAE declara la guerra al "todes", "todos y todas" y aconseja usar "Wasap" y "yutubero"

    Editó manual para hispanohablantes que se enfoca en redacción digital y rechaza lenguaje inclusivo. Academia Chilena toma distancia.

    Leo Riquelme

    A 17 años de que se planteara su necesidad, la Real Academia Española (RAE) presentó esta semana en Madrid su Manual de Estilo de la Lengua Española, el primero en su tipo y cuyo foco es convertirse en una guía para desenvolverse en la evolución que ha tenido el idioma en los últimos años con el advenimiento del mundo digital. El texto se elaboró en consenso con las 23 academias hispanohablantes, incluida la chilena.

    "Es una obra no enfocada a ningún país hispanohablante en particular, sino a todas las naciones que compartimos el español", comentó el secretario general de la asociación de academias, Francisco Javier Pérez.

    En su primer capítulo, el texto de 504 páginas explicita algo que adelantó hace unos meses la institución: rechaza el uso del lenguaje inclusivo y considera innecesarias todas las variables de consideración del doble género. El director honorario de la RAE, Víctor García de la Concha, comentó que es porque el sexo es una condición orgánica de un ser vivo, "que tiene poco que ver con el género, que es una propiedad gramatical de los sustantivos y de algunos pronombres, por lo cual su clasificación puede ser masculino o femenino".

    Así, se opone a expresiones como "todos y todas", "todes", "todxs" o "tod@s". De acuerdo a la RAE, el género masculino, "por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos". "Es el término que contiene prácticamente todo... cuando decimos 'a los españoles les encanta el fútbol', pues es a los españoles y a las españolas", agregó García de la Concha.

    La declaración provocó el rechazo del feminismo local. "El lenguaje se modifica constantemente a través del uso, más allá de lo que dicte una institución patriarcal anacrónica. Hoy las mujeres y disidencias sexuales exigimos ser nombradas. El lenguaje crea realidad, nos pensamos a través de él. Incentivar el uso del lenguaje inclusivo no es otra cosa que inscribirnos en el mundo", dijo una de las integrantes de la coordinadora nacional de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, Antonia del Solar.

    "Podemos ser mayoría y aún así nos hemos tenido que acomodar al genérico masculino, sin embargo, hoy no queremos seguir siendo invisibilizadas a partir de un lenguaje que no necesita siquiera mencionarnos", agregó.

    En la presentación del manual, el venezolano Francisco Javier Pérez dijo que este es un libro que "plantea usos, no impone ni pontifica, sino que recomienda y alerta de imprecisiones, pero sin dogmatismos".

    Cautela chilena

    El director de la Academia Chilena de la Lengua, Alfredo Matus, coincidió con Pérez y aclaró que la postura de sus pares españoles ante este tema no se impone al resto de las academias.

    "Aquí no hay coloniaje. No es que sea la Academia de España y el resto sus secuaces (...) Si en España triunfa esa oposición no significa que el resto de las academias lo tenga que acatar como dogma", explicó el especialista en lingüística hispánica y profesor emérito de la Universidad de Chile.

    Matus comentó que en el país hay una comisión especial estudiando las demandas por considerar un lenguaje inclusivo, como exigen algunos movimientos feministas que consideran hasta necesario cambiar la morfología gramatical incorporando la terminación "e" para referirse a ambos géneros ("algo que nunca ha estado en nuestra lengua", acotó el experto): o a obligar a que se hable por ejemplo de "ministras y ministros", que tradicionalmente se engloba sólo con la terminación "o", "por una cuestión de economía", agregó.

    El director de la entidad desde 1995 aseguró que en la comisión también han considerado los "sentimientos" que despierta este debate en quienes se sienten afectadas.

    "Sabemos que es un tema muy importante", reflexionó Matus. "Nosotros estamos en contra de toda discriminación, incluyendo la de género", planteó. "Ahora, siempre una postura corporativa no obliga que los individuos tengamos que seguirlo como dogma", añadió, adelantando que pronto estará el informe.

    Foco en lo digital

    El manual se involucra en la redacción de términos comunes y vinculados a lo digital.

    Así, trae un glosario de 150 páginas en que se aconseja que en lugar de "youtuber" se diga "yutubero"; pide que no se escriba "hacker", sino "pirata informático" o "jáquer"; que se deje de decir "pendrive" y se utilice "memoria USB" o "lápiz de memoria"; que cuando se hable de un mensaje de Whatsapp se escriba "Wasap"; y recomienda que la escritura en Twitter se mencione como "tuiteo", entre muchos otros,

    Con la guía por primera vez la RAE se inmiscuye en la "Ortotipografía", que son los usos por los que se rige la escritura no manual, es decir, la de signos tipográficos.

    En ese sentido, llama a marcar los signos iniciales de interrogación y exclamación, y hasta acepta que se utilicen varios en una misma expresión para darle mayor énfasis, aunque aconseja que no sean más de tres (por ejemplo, "¡¡¡Vamos!!!").

    Asimismo, acoge que en la redacción digital se empleen abreviaciones como "tqm" ("te quiero mucho") y recomienda que cuando alguien envíe un mensaje con falta ortográfica, luego se aclare utilizando un asterisco, como por ejemplo: "Bamos para allá", lo que luego puede aclararse redactando "*vamos".

    El chileno Matus valoró esta obra, que calificó como "renovada" y que muestra el camino para "arrojar alguna luz y orientar el uso de los hablantes, y sobre todo asistirlo en las dudas que se le presentan a todos los niveles. Esto va para el gran público".

    "El lenguaje se modifica a través del uso, más allá de lo que dicte una institución patriarcal anacrónica.

    antonia del solar, dirigenta feminista chilena"

    "Si en España triunfa esa oposición no significa que el resto de las academias deba acatar como dogma.

    alfredo matus, ac. chilena de la lengua"

    150 de las 504 páginas que tiene el texto están destinadas a un glosario de términos del ámbito digital.

    el 2001 el académico Francisco Rico, del Instituto Cervantes, solicitó crear un manual de este tipo.

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