• "Sputnik V", la vacuna rusa que genera sospechas en la OMS y que Putin quiere traer a Sudamérica

    Desarrollo de la supuesta cura contra el coronavirus fue posible gracias a una orden presidencial que autorizó saltarse etapas. Moscú desea instalar una fábrica en Brasil para distribuirla en Latinoamérica desde noviembre. El Minsal chileno es cauteloso.

    Leo Riquelme

    Rusia se convirtió ayer en el primer país en registrar una vacuna contra el coronavirus, aunque la comunidad científica internacional tiene dudas sobre su eficacia por el escaso tiempo que tardó en desarrollarse, porque se saltó fases de investigación y porque al menos hasta ahora sus encargados no han publicado el detalle de su trabajo.

    Pero el presidente Vladimir Putin confía plenamente en su efectividad. A tanto llega su fe, que ayer aseguró que una de sus dos hijas fue parte del experimento. Contó que ella tenía 38 grados Celsius durante el día de la primera inyección, que bajaron a 37 grados a la jornada siguiente. Tras la segunda inoculación volvió a tener una leve subida de la temperatura, pero, según él, eso fue todo lo que sufrió.

    "Se siente bien y tiene un alto número de anticuerpos", afirmó el mandatario, agregando que otras de las 76 personas que fueron testeadas no han tenido ninguna manifestación por el medicamento.

    "Se encuentran como si no hubieran hecho nada", sintetizó. La mitad del grupo habría recibido un placebo.

    El medicamento fue inscrito con el emblemático nombre de "Sputnik V", tal como se llamó el primer satélite enviado por la humanidad al espacio, en 1957.

    Cuando la semana pasada autoridades rusas anunciaron que habían completado los ensayos, surgieron preguntas sobre la seguridad y eficacia del fármaco. Algunos expertos se burlaron de las afirmaciones de las autoridades rusas sobre que la vacuna producía la respuesta inmune deseada sin efectos secundarios significativos, señalando que esas afirmaciones debían ir respaldadas de datos científicos publicados oficialmente.

    Por orden del Kremlin, para este proyecto se apuraron las etapas de desarrollo y el producto se registró sin iniciar la llamada fase 3, que implica pruebas con miles de personas y que suele tardar meses. De hecho, ayer se informó que recién ahora comenzarán las inoculaciones de este tipo, que se centrarán en personal médico. Medios locales indicaron que también se aplicaría en Arabia Saudita y en Emiratos Árabes.

    En la fase 3 se cuentan los seis proyectos más avanzados y reconocidos por la comunidad científica internacional y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ayer expresó su inquietud por el avance moscovita.

    "Acelerar los progresos no debe significar poner en compromiso la seguridad", dijo el portavoz de la entidad, Tarik Jasarevic. No obstante, se expresó entusiasmado "por la rapidez en que se están desarrollando las vacunas" y añadió que espera que algunas de ellas "se muestren seguras y eficientes".

    Los encargados de la vacuna rusa han explicado que su dosis es artificial, o sea, no considera ninguna parte de coronavirus y fue elaborada a partir de un producto creado originalmente para combatir el ébola, aunque como vector usaría el adenovirus humano junto al gen de la proteína S, que es el que le da la forma de corona a este virus y que es lo que usa para diseminarse en el organismo de las personas.

    El producto consiste en un polvo que se mezcla con un excipiente para su disolución, que luego se suministra de forma intravenosa.

    La directora del centro de investigación clínica sobre medicamentos de la U. Séchenov, Yelena Smoliarchuk, sostuvo que la máxima inmunidad se obtiene tres semanas después de la vacunación. Según el ministerio de Salud, la inoculación en dos etapas protegería por dos años.

    Brasil y chile

    El medicamento será producido por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya y por la compañía Binnofarm, que tendrían la capacidad actual de producir 500 millones de dosis en 12 meses.

    Sin embargo, el Fondo de Inversión Directa de Rusia informó que planean producirla también en cinco países y uno de sus objetivos es llegar especialmente a Latinoamérica, para lo cual aspiran a habilitar una fábrica en Brasil en noviembre.

    "Creemos que Rusia y América Latina desarrollarán una colaboración en torno a la vacuna", comentó el presidente ejecutivo del fondo, Kiril Dmítriev. "Trabajaremos con los reguladores para conseguir la aprobación de la vacuna en América Latina para noviembre", añadió.

    En Brasil se están realizando estudios clínicos de la mayoría de las vacunas que están más avanzadas en el planeta. Según han dicho sus encargados, la idea no es sólo garantizar inyecciones para su población, sino que también aprovechar su condición de plataforma para producirlas en el país y exportarlas al resto de la región.

    El anuncio ruso fue recibido con cautela en Chile, donde el ministro de Salud, Enrique Paris, indicó que la OMS les ha estado reportando aspectos de la investigación.

    "Todas las vacunas candidatas deberían pasar por etapas completas de prueba antes de su implementación", afirmó, asegurando estarán atentos a todos los desarrollos que lo consigan.

    "Si esta vacuna logra pasar todas las etapas completas para asegurar su calidad, su falta de efectos adversos, la creación de anticuerpos, obviamente que será considerada en este caso por el Cavei", agregó aludiendo al Comité Asesor en Vacunas y Estrategias de Inmunización del Ministerio de Salud, a cargo del proceso.

    Por ahora, en el país sólo se está trabajando en la elaboración de un protocolo para realizar pruebas de fase 3 para la vacuna china de Sinovac.

    20,1 millones de contagiados por covid llevaba hasta ayer el planeta, con 738 mil fallecidos.

    895 mil infectados registra Rusia, con 15 mil muertos. Es el 4° del planeta, tras EE.UU., Brasil e India.

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