• El Minvu celebra 50 años de compromiso urbano

    Como se ha dicho, los 50 años del Ministerio de Vivienda y Urbanismo se reconocen en sus obras, en lo que hemos ido construyendo en cada una de las ciudades y localidades de Chile; lo que hemos hecho de manera adecuada y lo que hemos hecho de forma inadecuada, lo que no hicimos y lo que tenemos por hacer. Pero también la historia de nuestro ministerio se reconoce en las personas.

    Todos somos parte de estos 50 años, que partieron en el gobierno de Frei Montalva, cuando en Chile se hablaba de la cuestión social y se relevaba el rol que al Estado le correspondía en políticas sociales.

    Es un orgullo haber nacido cuando la cuestión social era tan importante en Chile, eso habla de nuestra esencia institucional. Nacimos y somos con un fin: mejorar la calidad de vida de la gente y generar mayor bienestar.

    La historia de nuestro ministerio, como la de Chile, ha estado marcada por luces y sombras, por importantes logros y también grandes desafíos. Nuestro ministerio no estuvo al margen de los profundos cambios impulsados por el Presidente Allende y tampoco estuvo al margen de esa época triste de la dictadura militar. No estuvo al margen de la reconstrucción de la democracia y no ha estado al margen de la búsqueda incesante de un crecimiento con equidad.

    Tenemos mucho que relevar de nuestra historia, mucho que aprender pero eso no basta.

    Hoy, a los 50 años del Minvu, tenemos muchos y nuevos desafíos. Uno, es lograr que nuestro marco constitucional consagre el derecho a una vivienda adecuada, a una ciudad inclusiva para toda la ciudadanía.

    Otro de nuestros desafíos es la construcción de consensos respecto de este gran bien común que es la ciudad. Acá están presentes varios miembros del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, instancia plural que tiene a su cargo recomendar y proponer acciones destinadas a concretar la política destinada a alcanzar un desarrollo urbano inclusivo.

    Nuestro anhelo, compromiso y trabajo tiene un norte: que en Chile el crecimiento no se aparte de la equidad, que crecimiento y equidad estén siempre juntos. Que nuestras ciudades crezcan y se desarrollen, incluyan y acojan; que construyamos más viviendas para albergar a más familias y que nuestras viviendas sean cada día más adecuadas a las necesidades de las familias, al espacio y al territorio.

    Queremos desarrollo inmobiliario y también que los desarrolladores se hagan co-responsables de la calidad de las ciudades.

    Agradezco a todos los protagonistas de esta historia y los invito a trabajar con la vista puesta en las personas y comunidades. Las viviendas las habitan personas y familias, los barrios y ciudades, niños, jóvenes, mujeres y adultos mayores.

    Construyamos una política urbana habitacional de cara a la ciudadanía, una ciudad que albergue a todos, en un país inclusivo que crezca con equidad.

  • Un marmolero que desea que su oficio no se extinga

    Ricardo Neira. Aprendió el oficio de marmolero en la infancia, mirando a su abuelo y su papá. En su local "El Cielo", fabrican libros, lápidas y placas. Un trabajo elaborado a mano: "Hay que cortar el mármol, dimensionarlo, pulirlo y grabar las inscripciones. Por ejemplo, si se hace una lápida modelo columna, hay que hacer la columna aparte, tornearla, cortar los pedacitos para hacer la escalerita, porque no es molde, no se moldea". Él sabe hacer todos los procesos, pero en la actualidad se dedica a atender el local y esculpir pedidos especiales. Con cincel y martillo tarda días en las figuras que le encargan. La época del año en que más hay trabajo es en octubre, previo al Día de Todos los Santos.

    Dice que el trabajo ha bajado con cementerios tipo Parque del Recuerdo: "Ya no hay nichos individuales y esos cementerios no permiten mucho adorno. Sólo nos piden trabajos para el Cementerio General, el Católico y de regiones. Por eso, la tradición del nicho y el oficio con el mármol se está extinguiendo".

    Con los años ha aprendido a tratar con la gente en un ambiente doloroso: "Uno se acostumbra pero no pierde la sensibilidad. Siempre escucho las historias de los clientes y me emociono, porque también tengo familia y me pongo en su lugar".

    Sus hijos serán profesionales en otras áreas, pero desea que nunca se acabe la marmolería y el trabajo artesanal: "Se está perdiendo en todos los aspectos. Casi lo único que queda es el mármol. Ojalá que su arte jamás termine".

  • El peor festejo de todo el año

    La semana pasada era Año Nuevo; la anterior, Navidad. Un poco antes tuvo lugar el furor del "autóctono" Halloween, el "18" y así, sucesivamente. Siempre hay una celebración que se acerca y que implica un importante gasto de dinero en esta sociedad capitalista. Pero la que se viene ahora, es sin duda la que más me produce rechazo: El Día de los Enamorados. Cursi y rasca, como ella sola. No debería existir. Y como no quiero quedarme sólo en palabras, propongo que organicemos una marcha anti San Valentín.

  • Sobre la tragedia de Riñihue

    Todos lamentamos la tragedia de Riñihue, pero hay algo en lo que me gustaría hacer hincapié. Más que por las condiciones geográficas y climáticas, el hecho tuvo consecuencias fatales debido a la irresponsabilidad de sus tripulantes. En primer lugar, el bote tenía capacidad para cinco personas, pero los que iban a bordo eran 12. Segundo, ninguno de los pasajeros llevaba chaleco salvavidas. Creo que en vez de seguir lamentando, el Gobierno debería lanzar para hacernos más conscientes del peligro.

  • #leohoyxhoy

    "Me lo entregan en el Metro y lo guardo todo el camino. Generalmente empiezo a leerlo cuando llego temprano a mi trabajo en La Vega", contó sobre el diario hoyxhoy Robinson "A secas" (61). "Es muy entretenido, me gusta", agregó.

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