Leo Riquelme

Anochecía en Santiago el sábado cuando un mujer de 40 años regresaba a la casa de un familiar en la que se alojaba en La Legua. No era de la capital y había salido al centro. Al regresar en la Línea 2 del Metro, le preguntó a alguien por la manera más óptima para volver. Le respondió un desconocido, que parecía gentil.

Según la denuncia, él le dijo que iba para el mismo sector, por lo que podía ayudarla. Conversaron asuntos triviales, pero cuando el vagón llegaba a estación El Llano, en San Miguel, él le habló al oído y le dijo que tenía un cuchillo y debía acompañarla.

A punta de amenazas, la llevó a un apartado al interior de la estación, cerca de un ascensor sin cámaras de vigilancia, donde le realizó tocaciones y la obligó a que le acariciara sus genitales. Como pudo, ella se zafó, huyó y denunció lo sucedido a Carabineros.

"Por la forma de actuar, implica efectivamente que se trataría de una persona que manejaría muchos antecedentes de recovecos, trayectos y lugares aledaños. Ese es un punto importante", comentó ayer el fiscal jefe de la Fiscalía de Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales, Guillermo Adasme.

El persecutor se mostró confiado en que podrán ubicar al agresor, pues como ambos sostuvieron un diálogo habría cámaras y otro tipo de soportes que facilitarían su identificación.

El hecho ocurrió dos semanas después que Metro se comprometiera con el gobierno a implementar mecanismos que agilizaran las denuncias y prevención del acoso a mujeres en la red.

Ayer, ante la revelación de este caso, la compañía aseguró en un comunicado que está en contacto directo con la persona afectada, "para ofrecerle el apoyo que requiera y contribuir con la investigación a cargo de la fiscalía". Agregó que dicho respaldo incluye un servicio de asistencia legal gratuito, a través de un equipo de abogados externos. "Metro está analizando los antecedentes disponibles y recabando mayor información para colaborar con el trabajo de las autoridades y prestar la asistencia que la persona afectada necesite", agregó.

peritos de la 35ª Comisaría de Carabineros investigan el hecho, ocurrido el sábado.

Por Paulina Flores

Gloria Fernández. Nació en Rancagua y se vino a vivir a Santiago a los 20 años, por amor: "Nos presentó un primo que vino a pasar unas vacaciones con mi familia. Nadie esperaba que llegara con un amigo, pero a todos nos cayó bien, y bueno, a mí más que bien. Perdí la virginidad, así que a los seis meses me tuve que casar e irme a vivir con él a Santiago. Fue arriesgado porque no nos conocíamos casi nada, sólo las semanas en que estuvieron de vacaciones y después cuando formalizamos la relación, los fines de semanas".

"No es que mis papás me obligaran, pero es que antes las relaciones eran diferentes. Uno se entregaba no más, no quedaba otra porque no había tantas libertades. Además, formar una familia era una forma de independizarse, de empezar con un proyecto propio, sobre todo para las mujeres. Yo alcancé a trabajar un poquito hasta tener mi primer hijo. Mi sueño era tener un clan inmenso de crías, pero me enfermé y tuve varios abortos espontáneos. Después de perder al segundo me asusté. El doctor me dijo que siempre iba a tener problemas, y no quise seguir intentándolo".

"Me apegué mucho a mi único cachorro. Cuando llegó a la adolescencia y necesitó más independencia, empecé a tener problemas matrimoniales. Me cuestioné todo mi proyecto de vida, las decisiones tan rápidas que había tomado en el pasado y estuvimos a punto de divorciarnos. Al final me di cuenta de que mi infelicidad no pasaba por la relación, sino por mi desarrollo personal y empecé a estudiar y pensar en proyectos futuros otra vez para no sentirme frustrada".

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El diputado Gabriel Boric usó nuevamente su cuenta de Instagram para referirse al Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) que dice que sufre desde su niñez, pero que había dejado de tratarse "irresponsablemente". El líder del Movimiento Autonomista se encuentra con licencia médica y ayer contó que "voluntariamente" pasó dos semanas internado en el Hospital Psiquiátrico de la Universidad Chile. Agregó que lo hizo "para mejorar sustantivamente el tratamiento. Y afortunadamente me fue bien, me dieron de alta y estaré con licencia un par de días más para ir retomando progresivamente la pega". "Para los que no lo conocen, el TOC es una enfermedad que consiste en pensamientos sumamente invasivos, que obligan a realizar determinadas acciones repetitivas contra las cuales es difícil luchar. No es sencillamente ser ordenado, muy preocupado por la limpieza (...) Es una batalla permanente con la mente, que puede afectar la vida cotidiana y que es muy desgastante", añadió.