• ¿Sabes si te están espiando el celular y las conversaciones?

    Mirar un diálogo ajeno, clonar un código QR o acceder a una clave para entrar a un correo electrónico está penalizado por ley.

    Camila Infanta S.

    Era una conversación cualquiera. Un sábado en la mañana, Karla (37) y su marido hablaban sobre unos amigos. De pronto él le dice una frase que a ella le asombró y luego preocupó profundamente. "Era el mismo comentario que yo le había hecho a una amiga días atrás. Lo escuché y supe que yo había dicho eso y no precisamente a él", cuenta a hoyxhoy. A los pocos días, él hizo lo mismo, pero esta vez ya era una conversación con un hombre. "Lo encaré y él reconoció: me había copiado el código QR y estaba leyendo todas mis conversaciones de WhatsApp en línea. Yo escribía y él leía todo al mismo tiempo". Karla y él hoy están divorciándose. Ella reconoce que los problemas son más profundos y complejos, pero esto lo detonó.

    Copiar el código QR de un teléfono celular no es del todo fácil, pero está lejos de ser imposible. La práctica se conoce como QRLJacking y lo hacen personas que tengan algún grado de expertise. Consiste básicamente en tener el código de un celular y así entrar, en un PC, a la cuenta Whatsapp Web y ver en línea todo lo que está pasando en la aplicación de mensajería.

    En internet se encuentran varios sitios que ofrecen y explican cómo hacerlo, también hay otros que ofrecen el hackeo completo del teléfono de una persona y así poder ver cualquier actividad en el aparato. Incluso dónde está ubicado.

    El especialista en tecnología, Nicolás Symmes, dice que en general las personas son descuidadas con sus claves y seguridad cibernética, por lo que esto es más común de lo que uno cree.

    "Las personas pierden sus claves y para recuperarlas usan preguntas del tipo '¿cómo se llama tu perro?' y luego suben una foto del canino a Instagram. Es demasiado fácil robar una clave, no así una clonación o un hackeo que es para personas que realmente saben. Ahora, ojo, esa persona puede rescatar todo de un teléfono, incluso las conversaciones que inicialmente se quisieron borrar", dijo Symmes.

    Delito penalizado

    Entre 541 días a 3 años y un día de presidio podría pasar una persona acusada de infringir la ley 19.223 que contempla el espionaje y el sabotaje informático.

    Mientras el espionaje habla de ver lo ajeno en cualquier circunstancia, así sea simplemente leer un correo que quedó abierto en la oficina o tomar el celular de la pareja mientras ésta está en el baño, el sabotaje implica hacer algún mecanismo especial para obtener información. Éstas pueden ser desde hackear, clonar o robar claves hasta copiar un código QR.

    Sin embargo, cualquiera de estas prácticas está catalogada en la legislación actual como un delito.

    El comisario de la brigada del cibercrimen de la PDI, Eduardo Albornoz, explica que en la institución han recibido muchas de estas denuncias en el último tiempo y que ellos se han puesto en contacto con las aplicaciones directamente para investigar de qué forma se pueden vulnerar sus procesos de seguridad.

    El comisario sí cuenta que los casos en que se instalan aplicaciones de ciberespías son menores, pero que de todas maneras las han recibido.

    Para ello, el especialista de la institución recomienda que "en un teléfono celular siempre se debe verificar que los lugares en los que está abierta la aplicación, que puede ser teléfono, PC o tablet, sean las correctas y no haya nada extraño. Esa es la forma de saber si es que alguien, que no seas tú, está viendo tu actividad".

    ¿Cómo? Cada aplicación tiene la opción de ver dónde y en cuántas sesiones está abierta. Incluso entrega los IP de éstas. Una forma de ver que el teléfono no está siendo vulnerado es precisamente que nada de esa información llame particularmente la atención.

    "En un teléfono celular siempre se debe verificar que los lugares en los que está abierta la aplicación sean las correctas y no haya nada extraño.

    eduardo albornoz, comisario de la pdi."

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  • Adelantar las compras escolares sería la clave para evitar típicas aglomeraciones

    El inevitable trámite de marzo puede ser menos caótico si se realiza previamente.

    Restan semanas para que comience la masiva entrada de estudiantes a clases, y los locales comerciales ya se llenaron de uniformes, zapatos, cuadernos y todos los artículos necesarios para comenzar el año de estudio.

    Y en ese sentido, es clave anticiparse a estas compras, ya que reducirá el estrés no solo en los padres sino en los mismos niños de todas estas compras. Así lo indicó la psicóloga infantil Maribel Corcuera, pues "lo que más necesita un niño es tranquilidad. Es un poco fome para ellos tener que comprar los útiles, pero si van antes lo van a hacer tranquilos, y van a seguir sus vacaciones felices de la vida". Y agrega que "si lo hacemos a último minuto, es una situación mucho más incómoda y desagradable".

    Lo ideal, según la experta, es convertir este trámite en un panorama familiar y además recomienda llevar a los niños que recién entran al colegio ya que "es bueno que vean sus materiales, sus uniformes desde antes, porque los hace familiarizarse más y sentir mayor pertenencia a sus cosas, eso les va a ayudar".

    Para hacer el trámite ya hay algunas cadenas de supermercados y librerías que, para facilitar las compras, ofrecen el servicio de elegir los productos por internet y enviarlos al domicilio.

    llevar a niños que inician su proceso escolar ayudaría a que se familiaricen y sientan mayor pertenencia.

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