Camila Infanta S.

Seis esquinas de Santiago fueron observadas entre enero y marzo de este año para identificar cómo se comportan los peatones en la capital. La ONG No Chat descubrió que quienes caminan por la ciudad son imprudentes en muchos de sus actos, lo que podría derivar en accidentes graves e incluso la muerte.

Según la visualización de 6.477 peatones, el informe detalló que un 27% de ellos cruza la calle usando audífonos en ambas orejas y un 5,45% lo hace usando el teléfono celular. En algunas zonas de Santiago hasta un 70% cruza con luz roja.

Sobre los que usan auriculares, la jornada más frecuente es la mañana, lo que alcanza hasta el doble de lo que ocurre en las tardes. En el caso de los que manipulan su teléfono, es más común en las tardes, lo mismo que quienes lo hacen hablando por celular, sin manos libres.

Según destacó Cristián Escobedo, académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la U. de Chile y uno de los investigadores del estudio, "que casi un 80% de los personas cruce las calles sin consideración del semáforo en algunos sectores, nos habla de un fenómeno que debe atenderse de manera urgente y que se haga hincapié sobre todo entre los niños y adolescentes".

Seguir el ejemplo

Los adultos de hoy no tuvieron educación vial en su niñez, al menos no hasta que tuvieron que tomar un curso de manejo, y la falta de fiscalización a los peatones, son las razones que expertos entregan sobre por qué quienes caminan por las calles se comportan de esta forma.

Según la vocera de la organización Peatones Furiosos, María Gabriela Muñoz, una de las conductas más peligrosas, a su parecer, son "los ciclistas de vereda. Porque uno puede andar distraído, pero si te chocas con un peatón no pasa nada, ahora si eso pasa con un una bicicleta, el resultado es otro".

Agrega que la velocidad que alcanzan los automóviles en diferentes zonas de la capital es algo muy peligroso que también contribuye a cualquier accidente. "Está bien que se haya bajado la máxima a 50, pero eso no se respeta y ahí falta fiscalización".

Alberto Escobar, gerente de Asuntos Corporativos del Automóvil Club, está seguro de que el problema viene de la formación. "Todos partimos muy tarde en la formación de la educación vial. Sólo un 17% de las personas hace un curso de manejo, y no antes de los 18 o 20 años, pero la verdad es que el respeto vial es una cosa de hábitos. Nadie sale de la casa sin lavarse los dientes, eso se aprendió de chicos, y la idea es que así nadie cruce con rojo".

¿Cómo se interviene? Según Escobar hay dos formas: la formación de generaciones venideras más capacitadas e informadas y la fiscalización de conductas disruptivas de peatones. "Si a eso le sumamos un control social, que la misma gente sea la que sancione las malas prácticas, podríamos lograr cambios", dijo el especialista a hoyxhoy.

"Esto es un hábito. Nadie sale de la casa sin lavarse los dientes, y así nadie debe cruzar con rojo.

alberto escobar, asuntos corp. automóvil club."