• "Sin hijos tengo tiempo para mi marido, viajar y tener más dinero"

    La incansable lucha por tener hijos y los diferentes tratamientos para concebir llevaron a que Victoria escribiera "Con permiso para amar", su primera novela. En ella descubre aspectos positivos de no ser madre.

    Stephanie Ríos

    "Comienzo a comprender que nunca seré madre. Nunca sabré lo que es llevar un hijo en mi vientre. Nunca podré verlo correr a mis brazos y escucharlo decir mamá", es la reflexión de Victoria Valenzuela, psicóloga y coach, que se aventuró a escribir su primera novela Con permiso para amar (Ediciones B). En ella relata, a través de una obra autobiográfica con tintes de ficción, todos los procesos que tuvo que vivir Ana, la protagonista, determinada a convertirse en madre a pesar de ser esteril.

    ¿Cómo fue el proceso de tratar de concebir un hijo?

    Con mi marido estuvimos cinco años sometidos a diferentes tratamientos en diferentes clínicas y centros especializados. Lo intentamos todo: fertilización in vitro, inyectarme hormonas tres veces al día, tomar suplementos de vitaminas y endeudarnos hasta los dientes. Producto del estrés, subí 18 kilos y mi calidad de vida se deterioró. Ahí decidimos parar y aceptar la realidad; nunca seríamos padres.

    ¿De qué manera te afectó saber que eres estéril?

    Es un proceso largo de adaptación y aceptación. Fueron años muy complejos. Para mí el futuro contemplaba un marido, hijos y una linda casa, debido a la presión social. La gente te aconseja fácilmente adoptar, como si fuera tan sencillo. El proceso puede demorar años y ahí pensé que la maternidad no era lo único que había en la vida.

    El mundo del deporte

    En el libro, Ana -luego de aceptar su realidad- tenía dos alternativas: seguir luchando o decaer. Es por esto, y debido a los consejos de la gente, que Victoria comenzó a practicar deporte. Primero corría un km, luego dos e incluso participó en la maratón de Nueva York con 42 km.

    ¿Qué representa el deporte en tu vida?

    Sin duda alguna, en la vida de Ana y en la mía, jugando a la dualidad de la autobiografía, fue una salvación. Fue la forma que encontré para reconciliarme con mi cuerpo y fortalecer mi autoestima. Corriendo boté frustraciones y rabias propias de mi dolorosa realidad, gracias al deporte le di curso a mis emociones.

    aceptación e infidelidad

    Tras duros años de costosos e ineficaces tratamientos, Victoria y su marido se resignaron y decidieron vivir sus vidas de otra manera, esta vez aprendiendo a reconocer algunos beneficios de ser una pareja joven y sin hijos.

    ¿Cómo planteaste tu vida sabiendo que nunca ibas a ser madre?

    Luego de aceptarlo, decidí empoderarme y comenzar a vivir mi vida junto a mi marido. Hoy veo a muchas amigas que se están separando y siguen adelante solas con sus hijos, llenas de deudas por gastos como el colegio y otras necesidades. Desde mi vereda, ahora puedo apreciar el tiempo de calidad que tengo con mi marido, poder viajar, tener más dinero y aventurarme a escribir. Con hijos no habría podido.

    La protagonista es infiel en la novela, ¿cómo lo abordaste como escritora?

    Ana se atreve a ser infiel y no se lo cuestiona. En su desesperación por encontrarse y producto del desgaste de la relación con su marido, ella encontró en el erotismo una forma de liberación y nunca se arrepintió. "Con permiso para amar" es para Ana y para mí. Aprendimos a amarnos.

  • Sobrellevar el inicio del jardín infantil o sala cuna

    El inicio de la educación preescolar o el ingreso a una sala cuna por primera vez es un hito en nuestra maternidad que nos afecta tanto como a nuestros hijos. A continuación, tips para enfrentar este momento crucial:

    Preguntar, investigar, conocer. Tanto si ingresa a la sala cuna como al jardín infantil, tómate el tiempo que necesitas para llevarlo y estar un rato con él: es fundamental la primera semana. Ir antes a conocer sus dependencias, pedir referencias y conversar con otras mamás apoderadas del lugar. Nunca será "exagerado", es tu hijo y tienes todo el derecho de vivir este proceso con calma y muy informada.

    Saber llevar la culpa. "No quiero volver a trabajar"o "debiera estar con mi hijo y soy la peor madre del mundo por querer volver a trabajar". Estos son algunos de los argumentos que pasan por la cabeza de muchas mamás que deben reincorporarse al trabajo después del postnatal. No te preocupes, es algo con lo que todas lidiamos a diario. Incluso las mamás que ya trabajan o están en casa comenzarán a vivir la etapa preescolar de sus hijos y sentirán en algún momento culpa por todo o por nada y hay que darle el espacio al sentimiento, pero no dejar que se quede.

    Organizar todo con anticipación. Será un poco estresante al inicio tratar de cumplir con todo, pero organizándote con tiempo lo lograrás.

    Cumplir con todo lo que piden. Y eso incluye llevar las cosas el día que se solicitaron, ser ordenada con las colaciones o comidas, ir a las reuniones o citaciones y seguir las recomendaciones dadas para tu hijo. Ahora serás apoderada y la responsabilidad es parte de este nuevo rol.

    Saber que se enfermará y que durante un buen tiempo tu vida será un poco más caótica. Nada que hacer acá. Aunque te miren feo en el trabajo o sientes que pasas más yendo al pediatra que a cualquier otro lado, es también una etapa. Y lo bueno, es que pasa.

    "Tanto si ingresa a la sala cuna como al jardín infantil, tómate el tiempo que necesitas para llevarlo y estar un rato con él."

  • Tip infalible (cómo cuidar el balayage después del verano)

    noelia muñoz, estilista.

    @alta.gracia.belleza

    El sol y la piscina dañan el cabello de forma inmediata, específicamente los cabellos tinturados y la tendencia del balayage. Esto implica que el pelo se oxida y se pone quebradizo debido a la previa decoloración para tinturarlo. Las mascarillas hidratantes para el cabello y el aceite de coco son lo más natural para protegerlo. No importa el precio, ni su formato, porque básicamente todos cumplen la misma función. Sus propiedades ayudan a hidratar, a desenredar y funciona además como un anticaspa. Si el cabello está extremadamente dañado, en la noche después de lavarlo, hay que aplicar el aceite y en la mañana sólo se enjuaga. El aceite también se puede utilizar durante la tarde, otorgando brillo, quitando el frizz e hidratando el cabello. El balayage da un efecto de iluminación e incluso se puede mantener durante el invierno y no sólo en rubio, sino que la tendencia ahora son balayages rosa, damasco o colores cálidos. Ahora bien, independiente del estilo que se elija, durante todo el año hay que utilizar productos termo protectores para defenderlos de los efectos del secador y la plancha. Finalmente, un cabello tinturado requiere de muchos cuidados ya que está decolorado, con muchos químicos y desprotegido debido a la extracción de pigmentos ya que se debilita mucho más e incluso se puede quebrar.

    aceite de coco (420 ml) | $10.000 (aprox.) | en supermercados.

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