• Pipa, ese gran imán nordestino

    El pueblo playero más famoso del estado de Natal, en Brasil, es adorado por los visitantes que llegan a esta localidad que tiene media docena de playas memorables con delfines y olas para surf. El pueblo pareciera no dormir y se está llena de opciones para quedarse y comer.

    Jorge López Orozco

    El paisaje entra poderoso por los ventanales del bus que, en menos de una hora, une a Natal con Pipa: mar turquesa, cielos azules y una verde vegetación, son la antesala de la pequeña villa que se ha transformado en uno de los balnearios más anhelados por los viajeros latinos en Brasil.

    Su fama lleva más de una década. Pipa es espectacular durante el día, tiene un set de playas dignas de Instagram, con el océano Atlántico con una seductora temperatura y olas para deslizarse en una tabla. En las noches, estalla como el punto del nordeste brasileño idóneo para un carrete de larga duración y la posibilidad de conseguir todo lo que el dinero pueda comprar.

    La "Rua dos Golfinhos" (calle de los Delfines) se convierte en la vértebra principal del trazado urbano de Pipa. Es una calle larga, angosta y empedrada, con leves pendientes que recorre el poblado de norte a sur en medio de decenas de restaurantes, coloridos puestos artesanales, hoteles-hostales y escasos automóviles. Cruzarla caminando -a cualquier hora- es un espectáculo humano, una pasarela de personajes en traje de baño entre pescadores, turistas y locales, que van y vienen.

    En Pipa se habla en portugués y español porque gran parte de los argentinos, la mayor colonia extranjera en el balneario, se niega a olvidar el idioma natal. Se pueden encontrar cervezas, mate, pisco, fernet o caipirinhas, por igual. La mixtura es tan fuerte como la pasión que nace al conocer sus doradas arenas.

    De amor y otras playas

    El litoral de Pipa, con marea baja, puede ser completamente caminable por la costa con una botella de agua y bloqueador a la mano. A la Praia do Amor (la playa del Amor), ubicada en el extremo sur, se llega atravesando la zona del pueblo que aún respira más autenticidad. Con fuertes olas y corriente, es mayormente el punto más activo del surf local, con escuelas que se mezclan con bares en las arenas.

    Luego se ubica la Praia do Centro, a pocos metros de la parte más central de la villa, está siempre llena de quitasoles y kioscos, su marea es alta y por eso se forman enormes pozas, punto en que zarpan los paseos marítimos al encuentro de las colonias de delfines que están en la Baía dos Golfinhos, la playa que está directamente más al norte y que otorga la posibilidad de nadar entre los cetáceos.

    Una de las más hermosas es Praia do Madeiro, cercada por el bosque de la Mata Atlántica, olas para surf y escuelas para aprender este deporte. Durante el año desovan las tortugas marinas. Salir desde acá, rumbo a la carretera, significa subir 170 escalones con espléndidas vistas y furiosos resoplidos del ascenso.

    A las 6 de la tarde Pipa ya está de noche debido a su latitud. Tres horas más tarde el centro se llena de gente que conversa animada tomándose las calles. Abundan las luces de los restaurantes y tiendas para comprar todo tipo de souvenirs.

    La noche depara sorpresas. Hay fiestas espontáneas en plena calle en que se baila forró y funki carioca, mientras se venden cervezas siempre heladas. El bar Dudo, uno de los favoritos de la gente joven, tiene entre sus dueños a dos chilenas: Camila y Beatriz, que se asentaron hace un par de años. Hay piscolas y buenos datos para quienes desean conocer en español los secretos del pueblo.

    Mientras avanza la hora los noctámbulos se dirigen hacia el sur, pasado el cruce a Praia do Amor, donde está la "Boite", una discoteque que funciona hasta el amanecer. A esa hora se mezclan nuevamente luces y sombras, fiesteros trasnochados y surfistas matinales que van a sumergirse en las gloriosas playas de Pipa.


    ¿Cómo llegar?

    Hay vuelos directos a Natal, la ciudad más cercana a Pipa, distante a 78 kilómetros. Las aerolíneas con mayor cantidad de vuelos y conexiones hacia Natal desde Río de Janeiro, Sao Paulo o Salvador son TAM (www.tam.com.br), Gol (www.voegol.com.br) y Azul (www.voeazul.com.br). Desde Natal, en el aeropuerto o el terminal de buses, salen buses para pipa. Valor: R$ 15 (poco más de 2.700 pesos chilenos). Expresso Oceano: (55-84) 3311-3333.


    ¿Dónde dormir?

    Hay infinidad de opciones, desde cuartos compartidos por 4 mil pesos chilenos, a departamentos de lujo. Mejores opciones en www.booking.com y www.airbnb.com. Más información en www.pipa.com.br

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