Leo Riquelme

La Policía de Investigaciones (PDI) identificó lo que vendría a ser una versión 4.0 del "Cuento del tío", como se conoce a las estafas cometidas a través de contactos telefónicos. Esta vez las llamadas se dirigen a las asesoras domésticas, a quienes se les presiona hasta que reúnan bienes para evitar un falso embargo judicial.

Según la Brigada Investigadora de Robos, en la Región Metropolitana este tipo de delitos se concentra en el sector oriente, principalmente en Las Condes.

"Este año llevamos casi uno al día, 170 aproximadamente, 20% más que el año pasado. Mal", tuiteó a principios de mes el alcalde Joaquín Lavín, tras conocerse que una de las víctimas fue la hermana del empresario Andrónico Luksic, quien perdió unos $80 millones en alhajas.

La policía entregó un mapa con casi 40 puntos de dicha comuna en los que se ha cometido este tipo de atracos, que en la institución conocen como "robo en lugar habitado con seducción a doméstica".

Este es el cuarto modelo de timo de este tipo en los últimos años. El primero consistió en prometer premios por compras en casas comerciales. Luego fue la llamada de un eventual carabinero avisando que un familiar estaba involucrado en un accidente de tránsito; y de ahí vino la amenaza de un secuestro.

El subprefecto Cristián Vásquez explicó que junto a la Fiscalía Oriente y Gendarmería han acreditado que las llamadas se realizan casi siempre desde las cárceles Colina I y II, donde los reclusos se contactan con teléfonos fijos de viviendas en que viven personas de altos recursos. Los delincuentes buscan hablar con las asesoras domésticas, a quienes le indican que son receptores judiciales y que sus empleadores sufrirán un embargo por deudas.

"Es tanta la presión que ejercen, que para tratar de ayudar a sus empleadores y no ver amenazada su fuente laboral, las trabajadoras acceden a las exigencias", contó el subcomisario Víctor Ortiz.

Los timadores convencen a sus víctimas de que les den sus números celulares y descuelguen el teléfono fijo, de esa forma las mantienen conectadas y evitan que se comuniquen con los dueños de casa para chequear la veracidad de la amenaza judicial.

En la institución comentaron que los delincuentes suelen utilizar teléfonos de prepago, lo que dificulta su rastreo. Además, tienen como colaboradores a familiares o amigos que no están presos, que son quienes retiran los bienes entregados por las asesoras del hogar afectado.