Del plantel chileno que conquistó la Copa América, Arturo Vidal es uno de los jugadores más laureados. De las 11 coronas que ostenta, el Rey Arturo consiguió siete en sus cuatro temporadas en Italia y tres en Colo Colo.

Ahora que está a un paso de confirmar su traspaso al Bayern Munich por 35 millones de euros, el volante busca seguir alargando una dilatada historia de éxitos.

Figura gracias a Borghi

En Colo Colo, Vidal debutó en un momento turbulento. En el Apertura 2005 el equipo era dirigido por Marcelo Espina, histórico del cuadro blanco, y el club se batía entre la quiebra y las fórmulas para salvarse.

Ante Melipilla, un 28 de mayo, un joven Vidal saltó a la cancha a reemplazar a Héctor Tapia a los 82 minutos haciendo su debut formal en primera división.

De la mano de Claudio Borghi, y especialmente desde el Clausura 2006, Vidal comenzaría a ser un jugador conocido en el medio chileno. El 2007 fue el año de su explosión definitiva. Lo hecho con la Selección Sub 20 en el Sudamericano y en el Mundial de Canadá, más su rendimiento en la Libertadores, le dieron la oportunidad de ir al Bayer Leverkusen.

Consolidación

En Alemania se asentó en el mediocampo jugando con un segundo volante central a su lado. Y fue en las últimas dos temporadas con Jupp Heynckes donde Celia explotó a nivel mundial. Tanto, que en 2011 Juventus se lo llevó por casi 20 millones de dólares. En la Península ganó casi todo con los turineses y solo le faltó la Champions League que le arrebató el Barcelona de Claudio Bravo.

Con Pep al mando, Vidal buscará su revancha en un desafío de máxima exigencia en su carrera. "Un jugador con esas cualidades puede ayudar a cualquier equipo", dijo Arjen Robben. Y Vidal, atento, quiere seguir extendiendo su reinado.