El próximo martes 28 de julio nuestros vecinos peruanos celebran su día nacional. En esa jornada se conmemora la proclamación por parte de José de San Martín de la independencia del Perú, cuya acta se había firmado pocos días antes, el 15 de julio de 1821. Obviamente, la fiesta que se arma en Lima -y en todo Perú- cada 28 es tremenda. Y acá en Chile también hay fiesta, porque la comunidad peruana en el país es numerosa. De hecho, de acuerdo a cifras oficiales, los ciudadanos peruanos que residen legalmente en Chile superan los 200.000; cifra que podría aumentar considerablemente si le sumáramos a los que aún no han regularizado su situación en el país. Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con la comida? La verdad, muchísimo.

Es que hay que ser claros. Más allá de sus habilidades en rubros como la construcción, mueblería, comercio o antigüedades; la migración peruana a Chile de los últimos 25 años ha tenido un claro componente gastronómico. Todo partió con las mujeres peruanas que -en gran número- se ocuparon como empleadas domésticas en Santiago y otras ciudades de Chile. Así, millones de chilenos (sobre todos niños) fueron incorporando a su dieta tradicional sabrosas preparaciones peruanas que estas mujeres alternaban con los platos chilenos que también aprendieron a cocinar. En paralelo a esto, la colonia del país incaico iba aumentando -principalmente en Santiago-, lo que hizo surgir todo un circuito de cocinerías, almacenes y hasta salones de baile para atender a estos trabajadores peruanos en sus momentos de descanso. Sin embargo, este tipo de comercios fue creciendo y ya no se limitó a atender a peruanos residentes, sino que fue conquistando también paladares chilenos.

Así las cosas, sobre todo desde hace unos 15 años, los restaurantes peruanos (de todo tipo y precios) se fueron multiplicando, primero por Santiago, y luego por buena parte del país. En buena hora, porque los sabores y sazones que trajeron nuestros vecinos del norte al llegar a Chile entraron muy bien a nuestras casas y cocinas, así que se agradece.

Pero la influencia peruana en nuestra gastronomía no se remite a que sus restaurantes ya sean parte de nuestro paisaje, sino que va mucho más allá. Y tal vez el mejor ejemplo es lo que pasó con nuestro tradicional ceviche, que durante años se preparó raspado con tenedor y macerado durante horas; y que casi desapareció para dar paso al que se come hoy en todos lados: picado en cubos y con el agregado de limón a último momento. Es decir, a la peruana. Ahora, si quieren profundizar sobre esta materia, hoy les dejamos una receta de ceviche extremadamente fácil de preparar pero no por eso menos sabrosa.

Este fin de semana se organizarán diversas actividades relacionadas las a las fiestas patrias peruanas en varios puntos de la capital.

Dentro de los panoramas que más prometen están el festival de gastronomía "Fronteras", que se realizará durante sábado y domingo en el Parque Araucano.

Los mismo días pero más al centro de la capital, en la Quinta Normal, estará el evento "Perú Pasión", que por sexto año consecutivo llenará este parque con comida, bebida y música típica del vecino país.

No es que queramos que preparen este receta apurados, pero como lo mejor es comer el ceviche recién preparado y solo con unos minutos desde que el jugo de limón comenzó a actuar sobre el pescado crudo, es bueno tener todos los ingredientes y utensilios a mano antes de comenzar a preparar el ceviche. De esta forma, toda la faena no debería tomarles más de media hora. Y recuerden que el limón se debe exprimir justo antes de necesitar el jugo y éste se le pone al pescado siempre al final.

Los mejores líquidos para acompañar este ceviche son por lejos el vino blanco y la cerveza. ¿Alguno de los dos es mejor? La verdad, es cosa de gustos, porque ambos se llevan muy bien con el pescado crudo, el limón y el picante. En el caso del vino blanco, la cosa anda mejor con sauvignon blanc. Y con la cerveza obviamente que la cosa funciona mejor con las rubias y más bien ligeras.