• Claves para cuidar la salud dental durante el embarazo

    Se puede preparar un enjuague bucal casero para evitar que los vómitos del primer trimestre descalcifiquen los dientes. También es importante adaptar la alimentación.

    Natividad Espinoza R.

    Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo generan consecuencias en las distintas áreas de la salud femenina, incluida la dental. Por eso, si se quiere mantener una boca sana durante esta etapa es necesario ser muy cuidadosa y prolija en cuanto a la higiene, además de ver a un dentista y adoptar ciertos hábitos.

    Así lo confirmó el odontólogo de la Clínica Santa Apolonia, Marcel Hidalgo, quien dijo a hoyxhoy que las embarazadas deberían ver a un especialista "cada dos o tres meses para verificar que la encía esté sana".

    Asimismo, el profesional explicó que otros aliados clave de la salud dental en el embarazo son los enjuagatorios fluorados, que deben usarse una o dos veces al día después de un cepillado de dientes y también de lengua.

    Trucos preventivos

    Entre los peores enemigos de la salud dental durante el embarazo se encuentran los vómitos típicos de los tres primeros meses, los cuales según el experto "generan una descalcificación progresiva a nivel de los dientes". Para evitar que esto suceda, Hidalgo sugiere elaborar un enjuagatorio con agua tibia y una cucharadita de bicarbonato de sodio, hacer gárgaras con éste por dos minutos y luego escupirlo.

    Una hora después del enjuague lo ideal es cepillarse los dientes y también la lengua. "Con eso, lo que se evita es la pérdida de minerales -como el calcio-, que peligran por la acción del ácido clorhídrico que viene del estómago con el vómito".

    Durante la gestación también aumenta la vascularización sanguínea de todo el cuerpo producto del aumento de la hormona gonadotrofina. Esto no sólo hace que las mujeres se pongan más "rosaditas" en las mejillas (rubicundez), sino que también puede, dependiendo de los hábitos de higiene de la persona, "producir gingivitis gravídica, asociada a la placa bacteriana y a la respuesta inflamatoria extraordinaria producida por las concentraciones anómalas de hormonas circulantes producto del embarazo", manifestó el dentista.

    ¿Cómo prevenir este problema? Asistiendo al odontólogo antes de cumplir el primer trimestre de embarazo, a fin de que éste le realice a la paciente una limpieza dental profunda.

    Ahora, para evitar la sequedad de la boca que se da en ocasiones, basta con beber más agua y comer más fruta.

    Alimentación

    La académica de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, Eloína Fernández, indicó que la alimentación también cumple un rol fundamental cuando se trata de tener una boca sana, y dio algunos consejos generales.

    "El consumo de alimentos duros, que tengan más fibra, ayuda a barrer la flora bacteriana", sostuvo Fernández, por lo que se aconseja para evitar, por ejemplo, las caries.

    En cuanto a lo que es mejor alejar de la dieta, la profesional se refirió a los alimentos que son pegajosos al momento de hidratarse, tales como las pastas o las masas en general, que se quedan pegadas en los dientes. "Si no hay buena higiene bucal, obviamente esto puede facilitar el desarrollo de caries", indicó.

    Finalmente, la académica manifestó que si no va a haber un lavado de dientes inmediatamente después, lo mejor es evitar los alimentos con alto contenido de azúcar.

    Hábitos afectan al hijo

    "Numerosos estudios de distintos orígenes indican que a través de la barrera hematoencefálica, que es la que se encuentra entre la madre y el hijo, se pueden llegar a transmitir bacterias que podrían predisponer al niño a la prevalencia de caries y otro tipo de enfermedades bucales después de nacer", afirmó Hidalgo. Esta es otra gran razón para cuidar la boca cuando se está pronta a traer un niño o niña al mundo.

  • La amenaza de la pérdida

    Rodrigo Jarpa / @rodrigojarpa

    Magíster en Psicología Clínica y doctor en Sexualidad Humana

    Si bien todas las parejas son distintas, Pablo y Margarita representan el típico caso de la pareja estable, que consulta por un "bajo deseo sexual". En la primera sesión, luego de preguntarles en qué los podía ayudar, me contaron que estaban juntos hace siete años, que se querían muchísimo, que son buenos amigos, compañeros y que tenían una relación de mucha confianza, cariño y respeto… Pero, que tenían una vida sexual "prácticamente inexistente". Estando en la consulta, Pablo comentó: "Cuando recién empezamos a salir el sexo era buenísimo, fluía y se daba de manera espontánea, teníamos relaciones en el auto, en la cocina. Incluso una vez lo hicimos en la azotea de un edificio mientras todos nuestros amigos se preguntaban a dónde habíamos ido. Eso ahora sería impensable. Teníamos relaciones muy seguido, pero ahora ni se compara con cómo era al principio y me gustaría que recuperáramos esa chispa".

    Hoy sabemos que muchas veces podemos entrar a un encuentro sexual desde un estado de relativa neutralidad, sin que lo preceda un deseo pasional "rajacamisas" y, aún así, disfrutarlo plenamente. Por otro lado, Pablo y Margarita -como muchísimas otras parejas- buscaban ese deseo a priori, ese mirar al otro con lujuria y un impulso irrefrenable de querer "follárselo". En las parejas estables, donde abunda la seguridad, la confianza -llegando al extremo del peo sabaneado-, la predictibilidad y la cercanía, esto ocurre con poca frecuencia. Aunque de que ocurre, ocurre.

    A esta pareja la volví a ver unas semanas después, a días de ocurrido el terremoto del 27F. Me contaron que lo habían sentido muy fuerte, los dos pensaron por un momento que ahí se terminaba todo. Pero al día siguiente, ocurrió algo extraño; mientras estaban en la cocina recogiendo los vidrios y ordenando el desastre, en la estrechez del espacio y los roces del cuerpo, sintieron esa "chispa" que ambos anhelaban y… "Terminamos tirando en la mesa de la cocina como no lo hacíamos hace años". Yo como terapeuta no creo haber hecho nada para que eso ocurriera. Aquí los créditos se los lleva el terremoto. ¿Por qué? Porque el deseo y la pasión no se llevan muy bien con la estabilidad, con lo seguro, con lo que ya "es mío" y tengo la ilusión de que no voy a perder. El terremoto puso de manifiesto la amenaza de la pérdida y pudieron ver al otro como un otro al que no tengo asegurado y que no me pertenece. En este caso, el eros surgió con intensidad y un deseo que anuló la distancia en la mesa de la cocina. Otras veces puede generar el que nos acerquemos al otro, que no lo demos por seguro, que cuidemos el vínculo y tomemos consciencia del otro en cuanto otro y sus necesidades. Valoramos lo que no tenemos y actuamos en concordancia, sin darnos cuenta de que, en realidad, no tenemos nada realmente. Ni nuestra pareja, ni nuestra familia, ni nuestro trabajo, ni nuestra propia existencia está asegurada. Pero se nos olvida y ponemos el despertador a las 7 y nos levantamos a las 9.

    Hoy, nuestro país completo vive una tragedia que nos quema, nos destruye y la amenaza de la pérdida se hace manifiesta. Y, como ha ocurrido antes, tomamos consciencia del otro, de lo que necesita, nos activamos llenos de pasión, de ganas de ayudar y despertamos. Pese a que me enorgullezco ante actos como éste, creo las cosas serían distintas si es que no necesitáramos de terremotos o incendios para hacerlos.

    "El deseo y la pasión no se llevan muy bien con la estabilidad, con lo seguro, con lo que ya "es mío" y tengo la ilusión de que no voy a perder."

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