Este domingo se llevará a cabo la Maratón de Santiago, y muchos de los participantes han comenzado a prepararse hace semanas para lograr las metas de 5, 10, 21 o 42 K. Es uno de los eventos masivos más grandes que se desarrolla en torno al deporte, que desde 2009 -año donde se inició esta corrida- ha ido sumando cada vez más adeptos, en 2016 hubo más de 30 mil inscritos.

Si analizamos las motivaciones que explican este aumento en la participación, es innegable la influencia de la empresa privada. Cada vez que el sector privado aporta en publicidad, insumos, merchandising, rostros conocidos que actúan como embajadores, etc., el deporte comienza a tener el lugar que le corresponde en la sociedad, uno de gran importancia.

Ya es sabido el beneficio que tiene el ejercicio en la salud de las personas, no obstante eso no parece ser suficiente para que lo incorporemos de forma habitual en nuestra rutina. ¿Por qué seguimos dependiendo de este tipo de actividades para que cada ciertos meses dejemos el sedentarismo?

Asumo que la respuesta tiene que ver con que nos enfrentamos a un problema transversal. Todos de cierta manera somos responsables porque no hemos sido capaces de generar un hábito, de educar desde la infancia respecto a las necesidades de nuestro cuerpo y de relevar la importancia que la actividad física tiene en mejorar la calidad de vida.

Por otra parte, si bien a través de este tipo de eventos probablemente la empresa privada no tiene como fin último fomentar el deporte, y nosotros participamos más motivados por ser parte de una "moda" que por el placer de correr, es indudable que dicha combinación genera instancias positivas.

A raíz de la Maratón la gente se planifica, se levanta temprano, entrena y lo realiza 4 ó 5 meses antes de la prueba. Es común ver en parques y lugares aptos para el deporte, a una gran cantidad de personas entrenando, preparándose para lograr un buen resultado o simplemente terminar la carrera.

El desafío está en mejorar lo que pasa después. El número de runners baja de forma dramática, y la falta de hábito deportivo demuestra que la motivación no es más profunda que lo que duraba la "moda". No podemos depender de la Maratón de Santiago para que las personas realicen ejercicio, y es preocupante cómo no hemos sido capaces de educar a la población en torno a la importancia del deporte, lo que habla de la urgencia de abordar el tema a través de una política pública seria y sostenible en el tiempo.

Aquí todos tenemos un rol por cierto, basta con observar el impacto mediático que la Maratón tiene, ¿qué pasaría si no tuviera dicha cobertura en los medios? ¿Llegarían 30 mil personas? Discúlpenme que lo ponga en duda, pero creo que no.

"No podemos depender de la Maratón para que las personas se ejerciten, y es preocupante cómo no hemos sido capaces de educar."

Por Paulina Flores

Carlos Zapata. Vive en Peñalolén desde octubre del 2015. Antes vivió en Viña del Mar y Antofagasta. Estudió en Santiago y pasó su adolescencia e infancia, con sus padres en Nancagua, VI Región: "No es que me guste viajar, sino que por las cosas de la vida, por pegas que me salían y también por el amor. Tuve dos parejas que las seguí cuando se cambiaron de ciudad. En realidad, desde que me vine a vivir a Santiago que dejé de tener paradero fijo. Nunca me acostumbré a la ciudad y supongo que inconscientemente buscaba oportunidades en otros lados. Pero esta vez me quedo, por lo menos un par de años. Necesito tranquilidad y comenzar a plantar raíces para el futuro".

Trabaja independiente y hace mantención y reparaciones en varias empresas de Ñuñoa y Macul: "Yo me organizo y me queda mucho tiempo libre para descansar, jugar play, practicar guitarra. Aunque todavía no aprendo a cocinar. Me compro sándwiches o fajitas en la calle o voy a restoranes con menú".

La semana pasado bajó la aplicación Tinder y ya tuvo sus primeras citas: "La verdad es que con tanto cambio nunca he podido hacerme un grupo de amigos fijo, y como trabajo independiente ni siquiera tengo compañeros con quien salir a carretear o ver los partidos. Tampoco es que no conozca a nadie, pero he tenido que ir varias veces solo al cine o a tomarme una cerveza. Bajé Tinder más que nada para conocer a gente. Mi hermana, que vivió en Australia y no conocía a nadie al llegar, me lo recomendó. Y si encuentro el amor tampoco me enojaría". Hasta el momento ha tenido dos citas, pero seguirá buscando.

"Como trabajo independiente, ni siquiera tengo compañeros con quien salir.

carlos zapata"

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A menudo escucho en el discurso colectivo que en temas de pareja siempre se debe buscar la felicidad, lo que "a uno le haga bien". Sin embargo, siento que en eso está la idea del amor descartable, es decir, si quien tengo conmigo no me hace feliz, simplemente encontraré en solitario o en otra persona esa chispa extraviada. Yo la conocí hace 15 años, éramos niños y por lejanía, estudios y otras decisiones, no hemos estado juntos de forma continua. Hemos buscado consolidarnos y vamos en el tercer periodo. Pocos me entienden. Uno va creciendo junto a quien se ama y es absurdo pensar que siempre estaremos en el mismo momento de vida con las mismas necesidades, pero el desafío está en mantenernos unidos en esos momentos. Todos reparan en la cantidad y diversidad de experiencias que uno debe vivir, pero pocos rescatan lo sublime que es después de tantos año sentir la chispa con la misma persona. La realidad es que se puede, sólo que deben renunciar a su ego, vivir en y para otro y dejar de disfrazar con cátedras seudo liberales la frustración de no encontrar la otra mitad, ya que si, paradójicamente, algo no les hace feliz, no se debe hacer. No obstante, siguen empecinándose en emparejarse. Siempre amaré a esa única mujer, que yo llamo por su apellido.

Crítica a las teleseries actuales

Pese a mi corta edad, poco o nada me atraen las actuales teleseries realizadas en Chile. Las encuentro falsas, muy sitcom y de una "dudosa calidad" (...) ¿Por qué las nuevas generaciones de guionistas y directores se han tornado tan light a la hora de realizar teleseries?.

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