En estado grave permanecía ayer Pablo Ramírez Arias (33), cajero que atendía un Servipag en un supermercado en Hualpén, en el Biobío, y que fue quemado el miércoles por unos sujetos tras a negarse a entregarles el dinero del local.

"Salió en llamas, con el tronco y la cara quemada", relató un testigo en el Mayorista 10, donde ocurrió el asalto, ubicado junto al Club Hípico y la alcaldía de Hualpén.

Los delincuentes llegaron a las 19.00 y exigieron el dinero, pero como el cajero se negó, sacaron una botella con bencina, le lanzaron el combustible por la ventanilla y lo prendieron. Tras ello, escaparon sin el botín.

Ramírez permanecía en el Hospital Clínico del Sur con el 52% de su cuerpo herido, y con las vías respiratorias comprometidas.

"Esto es horrible", comentó su esposa. "Es una maldad, se ensañaron con él (...) La delincuencia se tomó el país", añadió la hermana del cajero, Sigrid Ramírez.

Revés de la fiscalía

Carabineros detuvo a dos hermanos, de 27 y 17 años, como presuntos autores. El mayor tenía trece causas por hurto y atracos, mientras que el adolescente una orden de detención pendiente por un robo con intimidación cometido el 2013.

"En nombre del Señor, soy inocente", gritó el menor cuando era llevado al tribunal de garantía de Talcahuano.

El fiscal José Orella los formalizó por robo con homicidio frustrado, sin embargo, la jueza Mariángela Thiele desechó dejarlo en prisión preventiva e internación provisoria por falta de pruebas.

La fiscalía basaba su petición en testimonios de personas que habrían visto a alguien con ropas similares a las de uno de los imputados y que oyeron una supuesta implicancia en el delito.

Orella apeló en el caso del mayor, que quedó detenido a la espera de que su caso se vea en la Corte de Concepción. Quedó recluido en la cárcel de Coronel y no en El Manzano, pues argumentó que en esta última está amenazado de muerte, tras permanecer en el penal en dos ocasiones.

La fiscalía no pudo apelar por el adolescente por ser menor de edad. No obstante, más tarde fue condenado en un juicio simplificado por el asalto cometido a una Copec. Esta vez la jueza lo dejó con 18 meses de libertad asistida especial, en programas de reinserción que defina el Servicio Nacional de Menores (Sename).

A punta de bombas de humo y lanzamientos de objetos contundentes, encapuchados atacaron el edificio que alberga al Ministerio de Medio Ambiente, alrededor de las 7.50 horas de ayer, situación que dejó el inmueble de San Martín 73 con varios vidrios rotos.

"Dos individuos, en frente del ministerio arrojaron dos objetos, un martillo y una piedra, que impactaron en la mampara quebrando tres ventanales", explicó el mayor de Carabineros Ricardo Alvarado.

Además, los desconocidos dejaron en el lugar varios panfletos con leyendas de protesta contra la Ley de Pesca, que decían: "¡Al carajo la Ley de Pesca: Todito el mar para los populares!". Los papeles estaban firmados por el denominado Movimiento Juvenil Lautaro. Algunos de éstos fueron encendidos y posteriormente consumidos por las llamas en el mismo lugar.

Una funcionaria del ministerio, Valentina Reyes, iba ingresando a su lugar de trabajo cuando escuchó quebrarse un ventanal y vio a uno de los encapuchados al interior del inmueble, por lo que rápidamente optó por llamar el ascensor para llegar a su oficina. La periodista afirmó que al momento del atentado había otra trabajadora y guardias en el edificio.

Tras la llegada de Carabineros, el fiscal de turno ordenó que el caso fuera investigado por el Departamento de Criminalística (Labocar), que de inmediato comenzó a revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad para encontrar a los responsables, aunque hasta ayer no se había logrado dar con su paradero. Afortunadamente, la arremetida no dejó ningún lesionado, pero la cartera está estudiando tomar acciones legales.

Vestidos como vigilantes de la empresa Wagner, unos asaltantes obligaron a cooperar con sus fines al chofer de un camión de valores de esa compañía, que se encontraba afuera del centro comercial mall Plaza Alameda, en la comuna de Estación Central, llevándose $600 millones.

Para obligar al conductor a llevarlos donde ellos querían, le mostraron fotos de su familia, amenazando con que si no cooperaba dañarían a sus seres queridos. Rápidamente, los antisociales se dirigieron hasta cerca de la Maestranza de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, en el barrio San Eugenio, donde a través del método del oxicorte abrieron la bóveda, para luego huir en una camioneta Fiat Fiorino.

A eso de las 9.00 horas, personal policial halló el vehículo, cuyo sistema localizador GPS había sido vulnerado a través de un dispositivo de bloqueo. Luego del hallazgo, la persecutora de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, Alicia Ascencio, se puso al mando de las pericias para encontrar a los responsables, cuyo paradero aún se desconoce.

Dos hombres y una mujer fueron detenidos por la Policía de Investigaciones (PDI) por hackear correos electrónicos de figuras televisivas con el fin de robarles kilómetros Lanpass, lo que entra en el delito de sabotaje informático.

De acuerdo al prefecto Jaime Jara, jefe de la Brigada del Cibercrimen Metropolitano, "les hackearon las cuentas de correos electrónicos, accedieron a sus bases de datos y pudieron canjear kilómetros Lanpass y obtener giftcards y canjear los productos". A esto, agregó que "los sujetos también pudieron hacer una copia de chip de los celulares, afectando a una de las compañías de teléfonos del país".

El total del robo ascendería a $4 millones y se está indagando para saber la identidad de los afectados.