• Hacia una PSU libre de segregación

    El viernes pasado se cumplieron exactamente tres años desde que fueron publicados los resultados de la evaluación a la Prueba de Selección Universitaria (PSU).

    En momentos en que se discuten profundas transformaciones al modelo educativo, no podemos pasar por alto las severas falencias, pero a la vez, los grandes desafíos que implica una reestructuración sustancial a la prueba de admisión, la cual tiene como antecedente que el 51,1% de los postulantes al proceso de admisión 2016 haya obtenido menos de 500 puntos.

    De aquella prueba pueden decirse varias cosas, pero al menos resulta llamativo que en momentos en que el Gobierno ha destinado la mayor cantidad de esfuerzos políticos por realizar grandes reformas a la educación superior -como vendría siendo la gratuidad-, la PSU no ocupe algún lugar en la agenda del Ministerio de Educación.

    En términos educativos, Chile es uno de los países más segregados -de lo cual buena parte se explica por la segregación territorial-, y la PSU como instrumento en nada remedia aquella segregación. Por el contrario, lo que hace es perpetuar aquella desigualdad, perjudicando sobre todo a los más vulnerables, junto con aquellos alumnos que provienen de la educación técnico- profesional.

    Por otro lado, sigue siendo llamativo que después de haber obtenido los resultados de la evaluación internacional Informe Pearson 2013 con más de 120 recomendaciones, que tanto el Consejo de Rectores como el Ministerio de Educación (Mineduc) de la época solicitaron, sólo se hayan visto mínimos cambios a la prueba, que no hacen más que maquillar las grandes injusticias que ella reproduce.

    Justamente por las grandes deficiencias que actualmente posee la PSU, es necesario sacar la voz, pero sobre todo, por aquellos alumnos que son vulnerados por el sistema. Es necesario recoger las observaciones de la evaluación internacional, como también avanzar en una prueba que pueda atender de manera diferenciada la realidad de los liceos técnicos profesionales como la de los colegios científico-humanistas.

    En conclusión, en momentos en que el Gobierno busca instaurar la gratuidad en la educación, es necesario reflexionar que ésta no tiene sentido si sólo quienes han sido constantemente favorecidos pueden acceder a la educación superior.

    Si queremos lograr efectivamente una educación justa y de calidad, es necesario redoblar los esfuerzos, generando cambios sustantivos a la institucionalidad vigente. Sólo de esta manera será posible pasar de una prueba que mide el capital cultural heredado a una que deje en evidencia el talento, la capacidad de los jóvenes y sus intereses.

  • Un presidente de club de tango enamoradizo

    Rafael Vega. Está soltero hace 3 meses. Ha tenido varias parejas pero dice que el último tiempo no ha tenido suerte: "El amor a mi edad es más compañerismo, así que si la dama decide irse, se va. Yo no voy a llorar ni rogar nada".

    Su primera esposa vive en Italia con sus dos hijas. Hace poco comenzó con los trámites para el divorcio. Después de ella, tuvo tres hijos más con otra mujer. Sonia, su pareja más importante, falleció hace 3 años. Primero fueron pareja de baile y ella lo convenció de encabezar la presidencia de su propio club de tango.

    Hace 17 años que todos los domingos por la tarde se reúne con más de 40 adultos mayores en el Estadio Recoleta para compartir y bailar tango, cueca y rock&roll. La entrada es de $2.900 e incluye una bebida, un número de rifa y una once. Cuenta que es increíble ver a abuelitas de 80 años bailando como si tuvieran 20.

    En la semana hace fletes para Sodimac. Así paga el arriendo de la casa donde vive solo, comida y "una bonita camisita o zapatos de vez en cuando". De su sueldo también saca para las mesas, sillas, manteles y copas del club.

    En su tiempo libre le gusta ver películas bíblicas como "Sansón y Dalila" o "Barrabás". Dice que el club de tango es como una familia: "En la semana a los abuelos les encargan los nietos o viven una rutina solitaria, pero los domingos son para ellos, para que disfruten". Muchos han ido falleciendo en el camino y cuando ocurre van todos al funeral, y cantan "La comparsita" de CaGardel como último adiós.

  • Lo bueno de la crisis de un canal

    Señor Director:

    Quisiera comentarle que para mí la crisis de TVN no ha sido del todo negativa, ya que ha devuelto a la pantalla programas de excelente calidad que hoy podrían ser considerados "vintage". Me refiero principalmente a "El día menos pensado", un espacio con el que pasé de la infancia a la adolescencia y que me emociona tremendamente volver a ver. Si bien me asusta, también debo decir que me gusta. Lo mismo me pasa con el enigmático Carlos Pinto. Larga vida a él.

  • Es mejor veranear en invierno

    Mis más de cuatro décadas de experiencia me han enseñado que veranear en verano es un desperdicio de valiosos días de vacaciones. ¿Por qué? Bueno, básicamente porque en esta época los balnearios a los que un ciudadano de clase media -como uno- suele ir, están tan llenos que terminan estresándonos tanto o más que los tacos capitalinos, por lo que volvemos a nuestros trabajos con tantos o más nudos en la espalda que cuando salimos de "vacaciones". Veranear en invierno es la mejor alternativa.

  • #leohoyxhoy

    El lector Eduardo Mondino (52) contó que del hoyxhoy le interesan "especialmente los temas que desafían a los poderes facticos y que hablan de temáticas contingentes, como por ejemplo casos de corrupción". Su sección es, sin duda, Actualidad.

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