Alexis Sánchez, un hombre de 26 años que está a seis goles de igualar a Marcelo Salas como goleador histórico de la Roja, reconoció ayer que la estadística le es indiferente. Él, dijo, se preocupa por rendir en el "campo". Y uso esa palabra, "campo", aprendida, probablemente, en sus tres años en Barcelona.

Los números, añadió, no le preocupan. Lo dijo ayer, un día después de que marcara dos veces en Lima y comandara el inicio más exitoso de Chile en unas clasificatorias mundialistas.

"El jugador de fútbol juega uno o dos partidos malos y te critican por no hacer goles y por lo que sea", opinó Sánchez. Luego, en una reflexión filosófica, apuntó lo siguiente: "Por eso cuando mejor estás es cuando más debes usar el chaleco antibalas, porque ahí es cuando viene todo lo malo (...) Siempre quiero más, nunca me conformo".

Y añadió, luego, en una confesión que rebozó confianza, que la Selección es hoy, en 2015, un equipo reputado. "Nos hemos ganado un respeto a nivel mundial. Le jugamos en todo sitio y de igual a igual a cualquier selección y lo demostramos ante Brasil y Perú", aseguró Alexis.

Escéptico

Un reportero místico le preguntó a Alexis si había sufrido alguna transformación física producto del rito chamán que le dedicó un brujo peruano y Alexis, la víctima, juró que no. Sánchez, un escéptico, no notó nada. Se trató, dijo, de un invento. "El fútbol es así, inventan cosas, pero es parte de esto", analizó.

Es parte de eso, también, las pifias del público al himno, consideró. Lo mismo con los titulares intimidantes de los diarios y los insultos de los que fueron blancos los jugadores de la Roja. Y todo eso, según Sánchez, un ser humano sumamente respetuoso, le genera una leve molestia.

"¡No sé de qué hablan!"

Real Madrid, escuchó Alexis durante la conferencia de prensa y lanzó un grito: "¡No sé de qué hablan!". Se dice que podría dejar el Arsenal para ir a España, le explicó un corresponsal. Y Alexis, con cara de no entender, dijo que no. Que nadie del Madrid le ha dicho nada. Y que hoy está feliz en Arsenal. "No pienso moverme. Estoy feliz en el club, por la ciudad y por mis compañeros", prometió el tercer máximo goleador de la Selección.