• Los "pilotos" de drones certificados se duplicaron en un año

    Diciembre cerró con 449 operarios y 272 naves inscritas, según la DGAC. Expertos analizan ventajas y dificultades del sistema.

    Diego Gotelli

    Ante la masificación en la venta de drones, el 2015 la Dirección de Aeronáutica (DGAC) instauró una norma que regula su uso, creando un registro nacional y una licencia para operarlos. En su primer año hubo 98 naves inscritas y 138 "pilotos" acreditados, cifras que en 12 meses se duplicaron.

    Por las restricciones para su uso profesional sin licencia, y las multas de hasta 500 UTM ($23 millones) por no cumplir el reglamento, el 2016 completaron su certificación 311 personas, mientras que 174 aparatos fueron registrados. En total, a diciembre del 2016 habían 272 drones y 449 operarios.

    "En lo profesional hay todo un ámbito donde es necesario incorporar esta tecnología porque permite ahorrar costos en el desarrollo de proyectos", explicó José Luis Borcosque, director del diplomado "Uso de drones para captura y procesamiento de información geoespacial", inédito en el país y que dicta el Departamento de Ingeniería Geográfica de la Usach. Este se diseñó para capacitar a profesionales para rendir el examen de la DGAC. Según Borcosque, entre los matriculados para marzo "hay ingenieros agrónomos, ingenieros forestales, periodistas, cineastas, incluso médicos".

    Para obtener la acreditación hay que aprobar un examen teórico en la DGAC, que evalúa conocimientos de aerodinámica, meteorología y del reglamento.

    Los precios a la baja de los equipos también explican el aumento. Según José Antonio Tarrío, académico del diplomado, "con estos equipamientos se hacen trabajos que antes eran complicados", afirma. Por ejemplo, ya no se necesita contratar helicópteros para grabar desastres.

    Los académicos coinciden en que la normativa que rige debe ser perfeccionada. Entre las exigencias está que el dron no pese más de 9 kilos y tenga un paracaídas incorporado. "El tamaño es restrictivo porque algunos sensores pesan un poco más", dijo Tarrío.

    Según el reglamento, los aparatos que pesen menos de 700 gramos y no puedan volar a más de 20 metros de altura no deben ser registrados, lo que facilitó su masificación como juguete. "Los chiquitos que no tienen una orientación por parte de sus papás pueden generar una serie de otros problemas", agregó Borcosque.

    hasta 500 UTM deben pagar quienes utilicen drones sin estar certificados por la DGAC.

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