• Un pedaleo por los viñedos de Casablanca

    Para los amantes del deporte outdoor y de los vinos blancos y tintos de clima fresco, nace un nuevo tour que enseña sobre su elaboración a través de un paseo al aire libre, que combina recorridos en bicicleta, trekking y picnics entre medio de las parras y bosques de los viñedos de Veramonte.

    Darío Piña

    Vamos pedaleando por dos razones: al final del viaje llegaremos a un bosque desde donde veremos el Valle de Casablanca y la -honestamente- más esperada, porque nos darán una degustación de vinos blancos y tintos que Casona Veramonte tenía a la vuelta. El panorama: hacer deporte y aprender de vinos.

    Somos cinco los que viajamos a las 9:00 desde Santiago y llegamos a la casona una hora más tarde. Con algo de humo por los incendios forestales de la región, aunque con el ánimo de ser parte del primer recorrido en bicicleta que se realiza en un viñedo, nos ponemos los cascos, probamos los frenos y oímos las instrucciones para el pedaleo.

    Damaris, la guía, nos explica el tour. 12 kilómetros por senderos de tierra, uno que otro animalito en el camino, bloqueador y lentes de sol para aguantar las 11 de la mañana y el par de horas de duración. ¿Un reto para valientes? Para nada, me responde, hay distintos niveles de dificultad y se puede empezar a cualquier hora. Las bicicletas, algunas en aros más pequeños para niños desde 12 años y otros más grandes para los adultos, nos esperan enfiladas en la entrada a la casona.

    Desde allí partimos. Nos adentramos en dirección a los cerros por una avenida de tierra que cruza el campo, repleto de parras, espinos, sauces, dispuestos como un paisaje natural cercano a la costa.

    Nacida en los noventa, Veramonte alberga locaciones en el Valle de Colchagua, donde se produce Carmenere y Cabernet Sauvignon, y aquí en el Valle de Casablanca, rodeados por 2.500 hectáreas de bosques nativos, se producen blancos como Chardonnay y Sauvignon Blanc y tintos de clima fresco como Pinot Noir, Merlot y Syrah.

    Eso nos relata, con una leve respiración agitada, Damaris, mientras pedaleamos nuestras bicis para subir una pequeña cuesta que aparece desgraciada en el camino. El viento llega a la cara. Aquí, al menos, refresca, es frío y no santiaguinamente tibio. Un par de ciclistas van quedando atrás y otros están sacándose selfies junto a las parras de vino blanco, escribiendo quizás algún #OutdoorEnVeramonte para sus Instagram.

    Pedaleamos y pasamos por un helipuerto, por un humedal, bordeamos unas acequias, avanzamos más rápido para no quedar pegados en una pequeña subida y pedaleamos con fuerza en las bajadas para cerrar los ojos y recibir el viento. Hay ovejas por allá, animales silvestres por acá, silbidos, aleteos y un "grigrí" que creo oír de un pajarito que no tengo idea cómo se llama.

    No importa. Aquí hay muchas especies, dice la guía, porque "queremos conservar la biodiversidad y el ecosistema del lugar". La idea, según cuenta, es mantener las prácticas orgánicas que aseguren el desarrollo de la vida silvestre y de la viña, una suerte de conexión entre la flora y fauna con la uva y el vino que algún paladar chileno disfrutará.

    Llegamos a un mirador y más allá está el bosque para quienes desean practicar trekking. O para aquellos que quieren hacer un picnic, previa compra en la viña, y mirar con una copa en la mano, bajo la sombra de los árboles, el Valle de Casablanca. Mientras oímos, nos quedamos afirmados en las bicis, hidratándonos en la sombra, hasta que al fin Damaris nos reactiva el cuerpo: es hora de degustar algunos vinos.

    Regresamos y entramos a la Casona Veramonte. De enormes ventanales y un diseño minimalista. En una mesa nos esperan cuatro botellas, una de Sauvignon Blanc, de Ritual, Primus y Neyen, que Damaris nos invita a degustar. Olemos, saboreamos y aprendemos de cómo queda cada uno con las comidas, con las carnes, con las pastas. De a poco la respiración agitada baja y el relajo de las 2 de tarde hace lo suyo. Quién no ha oído que un vasito de vino deja al cuerpo como nuevo. Haciéndole honor, más que como nuevos nos vamos.

    "Llegamos a un mirador y más allá está el bosque para quienes deseen practicar trekking."

    "Nos adentramos en dirección a los cerros por una avenida de tierra que cruza el campo."


    Los tours de Veramonte

    El primer recorrido -de dificultad alta- dura siete horas y cuesta $65.000. El segundo, de dificultad media, tiene una duración de 2 horas y media y vale $35.000. Reservar, al menos, con 48 horas antes a través de www.casonaveramonte.cl o al +56 32 232 9955.


    Cabalgatas para mirar los viñedos

    Puro Caballo es un centro de eventos que ofrece tours a caballo que llegan hasta la Quebrada La Leonera, y desde allí se puede observar la mayoría de los viñedos que forman el Valle de Casablanca. Además, en el mismo centro se puede participar de juegos típicos chilenos, como elevar volantines o tirar la cuerda. Más información: www.purocaballo.cl.

    a 64 kilómetros de la ciudad de Santiago se encuentra la Casona Veramonte.

    variedad de vinos En el valle se producen tintos como el Pinot Noir, Syrah y Carmenere.

    unas 3.700 hectáreas ocupa la superficie de viñedos del Valle de Casablanca.

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