Recién se celebró, internacionalmente, el Día del Perro Rescatista. La conmemoración, que se hace desde 2011, funciona como un reconocimiento a verdaderos héroes que -sin miedo alguno- parten donde los humanos les indican a salvar personas en todo tipo de tragedias, accidentes y desastres naturales.

Una historia heroica

Si bien los perros desde que fueron domesticados han sido de tremenda ayuda al hombre en el pastoreo y la caza, fue en la Segunda Guerra Mundial que se empezaron a usar perros para buscar personas desaparecidas tras bombardeos. Los suizos, posteriormente, empezaron a adiestrarlos y a definir sus metodologías de trabajo. Su labor, se hizo mundialmente conocida después del terremoto de Friuli, Italia, en 1976. En dicho desastre se usaron 12 perros y, gracias a ellos, fueron encontrados 42 supervivientes y 510 fallecidos.

Existen distintos trabajos para estos fanáticos de la acción: hay perros de rescate en avalanchas, de rastreo, de búsqueda en el mar, entre escombros, entre otros.

Si bien no existe una sola raza que se use, las características de estos animales son que deben tener un alto instinto de caza y de presa, de exploración, agilidad y tienen que ser inquietos y con una gran necesidad de ejercitarse. Además, deben ser perros muy sociables, ya que deben tener mucha complicidad con la persona que los maneja. Por su parte, quien lleva a cabo la búsqueda debe conocer muy bien al perro y ser capaz de interpretar lo que hace el can. También, deben saber relacionarse con otros perros ya que en dichos lugares habrán varios de ellos ayudando. Generalmente, se han usado labradores por tener todas estas características, pero también los de raza pastor alemán, pastor belga, golden retriever y hasta mestizos de algunas de estas razas.

Alegría y dolor

Para estos animales tan intuitivos estar presentes en lugares de gran sufrimiento y desgracia debe ser muy fuerte. Ejemplo de esto fue el atentado a las Torres Gemelas, en EE.UU., en donde decían que los perros de salvamento sufrían gran estrés post traumático al no encontrar personas con vida. Sin embargo, para el can ir a un rescate es como un juego, por el entrenamiento que se les ha dado. Esperemos que así sea para ese animal que trae alegría y descanso a quienes han perdido un ser querido. Animales que no piden nada a cambio y que hacen una labor que los humanos no podemos hacer.