Russell Crowe protagoniza y dirige esta película bélica que, como el gran lote de cintas de este género, guarda algún tipo de interés histórico (esta se centra en las consecuencias de la batalla de Galípoli, de 1915 en Turquía, que enfrentó a los locales con una alianza de australianos y neozelandeses en el contexto de la Primera Guerra Mundial).

Aquello le da un cierto piso de atractivo para el público general y más si, como es el caso, el asunto involucra un nivel de producción muy elevado en cuestiones como ambientación, vestuario, fotografía; atributos que en otro tipo de películas no son de primera necesidad. Así, el resultado de "Promesa de vida" ("The Water Diviner" es su título original) difícilmente puede ser muy negativo, pero cuando caen los créditos, la sensación que te deja es la de haber consumido un producto absolutamente convencional, biempensante, que no te perpetra rasguño emocional alguno, que no le da mucho espacio a la ambigüedad y que, pese a equilibrar moderadamente bien elementos como aventura, romance y acción, te deja un sabor olvidable. Una lástima, considerando que el material con el que trabaja sí tenía un potencial más subyugante.

Crowe -haciendo el papel que tantas veces le hemos visto, de hombre que tras su aspecto bondadoso y mirada melancólica oculta un ímpetu combatiente- es aquí un granjero australiano que pierde a sus tres hijos adolescentes en la batalla de Galípoli. Han pasado algunos años y su mujer, que delira imaginando que aún están vivos, está tan dañada que no tardará en dejar solo al protagonista.

Así, el hombre decide viajar a Turquía para al menos dar con los restos de sus hijos, honrar de esa manera también a su mujer y también aminorar en parte la responsabilidad que tiene al haberlos alentado a participar de esta guerra. En Turquía, pese a que la guerra ha terminado, la batalla está demasiado fresca y Crowe experimenta tanto la hostilidad como el espíritu generoso de un oficial y una guapa mujer (Olga Kurylenko), con la que protagoniza una historia de amor más digna de una teleserie turca que de un producto pensado para la pantalla grande.

Gabriel está separado hace cuatro años. Desde entonces Sofía, su hija de ocho años, es el centro de su vida. Negado de plano a intentar una nueva relación amorosa, Gabriel vuelca toda su energía en su hija y en su trabajo. El idilio padre-hija se ve conmocionado por la aparición de Vicky, su amor platónico de la adolescencia, transformada ahora en una mujer hermosa, independiente y desenfadada.

Se acerca el Diluvio Universal y Noé ha construido un gran arca para salvar a una pareja de cada especie animal, pero dos Nestrians, padre e hijo, no son admitidos a entrar. La ayuda involuntaria de dos Grymps, madre e hija, les permite colarse en el navío. Sin embargo, los niños acaban cayéndose de la nave y tendrán que aprender a sobrevivir.

Con la esperanza de construir el vínculo familiar que tanto ansía, Rusty Griswold decide dar una sorpresa a su mujer, Debbie, y a sus dos hijos con un viaje atravesando el país hasta llegar al "parque de atracciones favorito de las familias estadounidenses". Durante esta aventura descubrirán la importancia de mantenerse unidos ante todo.