por álvaro peralta / @dontinto

El pasado domingo, revisando los diarios del día, me enteré -por algunos suplementos especiales- que se celebraba el Día Mundial de la Hamburguesa. Lamentablemente, lo que me tocó leer en esas páginas fueron sólo publicaciones comerciales que aprovechaban la efeméride para publicitar en estos espacios diversos tipos de hamburguesas, ya sea de algunas cadenas de comida rápida como de esas que vienen congeladas y que se venden en los supermercados. Una estrategia válida, claro está. Sin embargo, hay que reconocer que la calidad -y en muchos casos el sabor- de este tipo de productos está bien lejos de ser la óptima. Porque seamos claros: con hambre -o apuro- uno no se hace mucho problema para engullir una hamburguesa de alguna cadena foránea o nacional, o prepararse en casa una de esas que vienen congeladas.

Mal que mal, ambos formatos resultan bastante convenientes en cuanto a precio y rapidez, además de tener un sabor en muchos casos más que aceptable. Pero de ahí a ser preparaciones exquisitas, de esas que a uno le quedan dando vueltas en la memoria gustativa, lo cierto es que hay un largo trecho.

Ahora bien. Se supone que la hamburguesa parte en la ciudad alemana de Hamburgo hace muchos años, pero que no es hasta fines del siglo XIX -de la mano de inmigrantes alemanes- cuando llega a Estados Unidos. De ahí en más, comienza un proceso de popularización y consolidación. Primero en ese país y algunas décadas más tarde en todo el mundo.

Mal que mal, las grandes cadenas de hamburgueserías estadounidenses están prácticamente en todo el orbe. Pero ojo, no hay que quedarse sólo con esos sabores y formatos a la hora de pensar en una hamburguesa. Claro, porque esta preparación es lo suficientemente versátil y compleja como para ser interpretada y ejecutada de las más diversas maneras en todo el mundo. Y no hay que ir tan lejos para comprobarlo.

De hecho, aquí en Santiago hay varios locales en que las hamburguesas se preparan como corresponde. Es decir, con mezclas de distintos cortes de carne fresca, cuidando el punto de cocción y utilizando materias primas como pan, verduras y salsas de muy buena calidad. Incluso más: hace unas semanas tuve la oportunidad de probar una hamburguesa de jibia, de verdad sorprendente. Así que ya lo sabe, cuando piense en hamburguesas no se limite a las congeladas y a las grandes cadenas, porque siempre podrá encontrar una mejor casi a la vuelta de la esquina. Como la que les presentamos hoy en la receta.

"(...) hace unas semanas tuve la oportunidad de probar una hamburguesa de jibia, de verdad sorprendente."

La segunda versión del Índice de Bienestar 2017, realizado por Salcobrand junto a Clínica Universidad de Los Andres y Gfk Adimark, reveló que tres de cada 10 chilenos dicen estar satisfechos con su situación personal. Esto, considerando salud, finanzas y estilos de vida.

Pese a que las diferencias no fueron muy significativas, estos resultados dan cuenta de una baja -respecto del año pasado- en la percepción positiva de la salud, tanto a nivel personal como familiar, y de los estilos de vida de las personas.

Por otra parte, el índice reveló una intensificación de las prácticas saludables entre la población, que actualmente muestra mayor conciencia en el autocuidado. En este sentido, un 29% reconoció comer regularmente frutas; un 17% declaró tener hábitos alimenticios saludables y un 16% dijo preocuparse por la información nutricional de las comidas y bebidas que ingiere.

Las principales preocupaciones de los chilenos, en tanto, siguen siendo la salud, el trabajo y las deudas.

Ingredientes

-300 g de asiento

-300 g de sobrecostilla

-300 g de huachalomo

-100 g de tocino

-1 cabeza de ajo asada

-2 huevos

-sal, pimienta, salsa inglesa, nuez moscada y aceite de oliva