Distinto, amable, cariñoso. Lleno de confianza y optimismo que se observa en cada calle, en cada gesto. Chile es diferente por estos días y un montón de actitudes y situaciones lo reflejan.

La gente se saluda y regala sonrisas, la convivencia apunta a compartir las buenas nuevas y no los pelambres. Conversamos, compartimos, nos relacionamos. La Selección y su paso a la final nos regaló sonrisas que se multiplican por casas, escuelas, empresas. Nada nos puede unir tanto como esa mágica camiseta que nos hizo olvidar a políticos corruptos y empresarios inescrupulosos.

Es cierto que algún medio persiste en el intento de seguir con el deporte nacional del chaqueteo, pero es apenas una excepción. Lo que prima es la unión, el objetivo en común, el jugar todos juntos un partido que nos puede elevar a la categoría de campeones y de paso olvidar tanta injusticia y desigualdad en un país que avanza en lo económico sólo para unos pocos. Eso ahora parece no importar tanto, por lo menos por un rato.

Nos inquieta la ausencia de Gonzalo Jara, nos atormenta la posibilidad de que Alexis Sánchez tenga un micro desgarro y estamos ansiosos por saber si defenderemos con tres o con cuatro. Pensamos en la forma mas adecuada de marcar a Messi, nos desvela saber qué hacer con el talento de Pastore, el oportunismo de Agüero y los piques de Di María.

Programamos desde ya este sábado, para saber con quien estaremos, cuánta carne hay que comprar y a quién le regalaremos la opción de ser parte de uno de nuestros mas bellos recuerdos. El día en que Chile fue campeón de América.

Todo esto lo provoca el fútbol, o mas que eso, la Selección, fenómeno social único que nos hace olvidar diferencias y construir cercanías. Por eso, estos días han sido memorables, llenos de instantes que van a quedar grabados mas allá de los goles de Vargas, por encima del buen juego del equipo o las estrategias de Jorge Sampaoli. Tienen que ver con algo más profundo, con sentirnos bien, ser un poco más felices y tal vez, engañarnos pensando que Chile es un mejor país.