Hace 28 años, en 1987, la Selección Chilena de fútbol tuvo la misma oportunidad que tiene este sábado 4 de julio: jugar la final de la Copa América (aunque con otro rival y esta vez de local). Mañana se juega el último y decisivo partido contra Argentina.

Hagamos un poco de historia: nuestra selección de fútbol profesional se fundó en 1910 y su primer encuentro internacional se disputó ante la selección argentina, el 27 de mayo de 1910. El encuentro, disputado en Buenos Aires, finalizó 3-1 a favor de Argentina, en un amistoso preparatorio para la Copa Centenario Revolución de Mayo.

Chile ha participado 36 veces en Copa América y jamás ha podido ganar una; sin embargo, la Roja ha obtenido cuatro subcampeonatos: 1955, 1956, 1979 y 1987. Argentina ha participado en 39 ocasiones, de las cuales en 14 oportunidades ha podido levantar el trofeo de campeón, de ellas, cuatro veces fueron en nuestro país como sede. 24 han sido los enfrentamientos entre las dos selecciones, Argentina ha ganado 18 y han empatado en seis circunstancias. Chile nunca ha podido derrotar a la albiceleste en la Copa. Los trasandinos han sido el país con más partidos ganados en Copa América con 115 victorias, paradojalmente nuestra selección ha sido el país con más derrotas, con 82 partidos perdidos.

Frente a la historia claramente estamos en desventaja, pero esta súper generación está para romper toda estadística. La mayoría son jóvenes que le han ganado a la propia historia familiar y han buscado horizontes nuevos, de éxitos y triunfos individuales, hoy conocidos por todos. Por esto, esperamos y pensamos que ya es tiempo de un triunfo colectivo. Hay muchos que piensan en cábalas, pero está claro que en los 105 años de historia de la Selección, nunca han servido, ya que jamás hemos ganado nada, solo terceros lugares o triunfos morales que a la larga no significan nada realmente importante. Por otra parte quiero destacar una acción que por primera vez se ha realizado en nuestro país, una forma de expresión distinta, de respeto y que demuestra la evolución cultural del pueblo de Chile, que ha dejado asombrado a todos los países con quienes nos hemos enfrentado en esta Copa, hablo de las tarjetas verdes que se levantan cada vez que una selección rival entona su himno patrio. Por única ocasión, las pifias o abucheos han sido cambiados por silencio y respeto. Una iniciativa de Unicef y la fundación Fútbol Más, que ha sido un impulso al crecimiento del comportamiento ciudadano que marca un precedente y genera una tendencia que debiese imitarse en las próximas ediciones de la Copa en nuestra región.

Estoy seguro que este cambio cultura va de la mano con el cambio de mentalidad de nuestros jugadores, que mañana sábado nos darán una lección e inscribirán su nombre, sin duda alguna, como la mejor generación de la historia del fútbol chileno. ¡Vamos Chile!